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El otro joven que viajaba en el techo del Roca: "Se paró para ver por dónde íbamos y salió volando"

Es José, de 18 años. Ciro, de 20, está fuera de peligro.

06 Febrero de 2019 09:16
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José Fonseca, el joven de 18 años electrocutado y quemado ayer al sufrir una descarga eléctrica por viajar en el techo de la formación 304 del ferrocarril Roca, permanece "grave" y "con riesgo de vida" en el Hospital Fiorito. Sin embargo, "su estado de salud actual es estable" y "sin mayores signos de fallas orgánicas", según informó un parte médico emitido por el ministerio de Salud Bonaerense. José tiene el 70 por ciento de su cuerpo quemado.

"Su estado de salud actual es estable, siendo asistido en terapia intensiva, medicado e intubado, sin mayores signos de fallas orgánicas. Su condición continúa siendo grave, con riesgo de vida", informan en el parte médico. José  tiene pedido de derivación al Hospital del Quemado de la Ciudad de Buenos Aires, pero "sigue a la espera de la disponibilidad de una cama".

El otro pasajero que lo acompañaba en el techo del tren, Ciro, de 20 años,  sufrió apenas quemaduras leves, lo cual es sorprendente tratándose de una descarga que llega a ser de 25.000 voltios. El hecho ocurrió ayer a las 7.44, en la estación Remedios de Escalada, aunque el tren se detuvo recién cerca de la estación Gerli.

En las últimas horas, habló Ciro Ferreyra , el joven de 20 años que salió casi ileso. Contó que él y José Fonseca -el que permanece grave- son malabaristas y que hicieron prácticamente todo el viaje en el techo desde Mar del Plata.  "No nos levantó nadie y caminamos a Vivoratá, a 42 kilómetros de Mar del Plata. Vimos el tren que venía a Buenos Aires parado y decidimos subirnos", contó Ferreyra, y agregó: "Hicimos casi todo el viaje bien. Cuando entramos a la zona de Buenos Aires aparecieron los postes eléctricos. Sabemos del peligro de viajar así. Pero suponíamos que viajando así, sentados y tranquilos, no iba a pasar nada", explicó.

Desde Trenes Argentinos intentaron explicar las posibles razones de la supervivencia de ambos jóvenes a semejante descarga eléctrica. “Suponemos que nunca llegaron a tocar la catenaria pero se electrocutaron igual, aunque con consecuencias menos graves. Pudo haber sido el amplio radio de acción de la misma o bien que la hayan tocado con una mochila, por ejemplo. Si hubieran hecho contacto directo, no habría habido posibilidad de que sobrevivieran".