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El otro Tinder: donación de órganos y amor a distancia

Una joven busca desesperadamente a un chico que conoció en Tinder pero no es el único caso extraño vinculado a esta app. Desde la donación de órganos hasta el amor eterno, todo con un click.

11 Mayo de 2016 07:56
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Su símbolo es una llamita y no es para menos. La aplicación móvil Tinder ofrece encuentros con distintas personas cercanas. Esta semana, de hecho, se conoció el caso de la joven que empapeló Palermo para reencontrarse con un joven que supuestamente conoció por esa red.

La aplicación ya superó los diez millones de suscriptos a su formato premium.

Se trata de Eugenia Trincado, quién -supuestamente- conoció a Luis en Tinder. Se gustaron y comenzaron interminables charlas virtuales. Un comentario de ella alejó a Luis. Desde ese momento Eugenia comenzó una búsqueda desesperada para buscarlo y pedirle perdón. La joven no tuvo mejor idea que empapelar las calles de Palermo, como lo hacen quienes buscan una mascota perdida, y suplicarle a los cuatro vientos que la perdone.

El cartel que apareció en distintos comercios de Palermo.

Pero esta historia, real o ficticia, no es la única en la que interviene Tinder, donde se genera algo fuerte cuando las personas se cruzan. Tinder genera mucho más que un “math”. Genera, incluso, vida.

Un joven profesional y soltero estadounidense llamado Rich O'Dea era uno más de los tantos usuarios solteros de Tinder.En la app encontró a Jennifer y hubo una chispa instantánea. Fue así que se encontraron para conocerse y ver si, en la “vida real”, también congeniaban como en Tinder. Pero no había química entre ellos. 

"Tinder genera mucho más que un “math”, incluso vida

Hasta aquí, sólo una historia más de amores virtuales y desamores reales. La diferencia es que cuando se encontraron, entre otras cosas, hablaron sobre Erika Bragan, la esposa del mejor amigo de Rich, que estaba grave y necesitaba un donante de riñón urgente que desarrolló el caso. 

El final es feliz: Jennifer se interesó por el caso, se ofreció a ver si era compatible y pocos días después decidió donar su riñón. Erika sufre de una rara enfermedad renal y desde hace más de tres años que espera la compatibilidad que ahora hallaron en Jennifer. Y como el mejor final de una historia es que se generó el trasplante sin problemas. Y pese a que no se enamoraron como esperaban, ahora son amigos y se mantienen muy unidos.

Erika y Jennifer: un riñón conseguido por Tinder.

AMOR A LA DISTANCIA

Tambien, claramente, existen los que se enamoran y parecen recrear una historia digna de guión de novela. Como es el caso de una pareja formada entre una argentina y un yanqui. Son María Belén y Brandon, los protagonistas de una de las historias de Hola y Adiós, el docu-reality de Telefé conducido por Michel Noher.

La argentina y el joven estadounidense se conocieron hace trece más de un año por esta app cuando ella estaba en los Estados Unidos. Si bien hizo contacto con Brandon, no se habían visto nunca en persona. Su romance fue con los celulares en la mano y cientos de charlas por chat.

Entablaron una relación por videollamadas hasta que llegó la hora de verse por primera vez en persona. Actualmente planean definir un lugar para vivir el amor sin distancias y debaten en qué país lo harán. Como ellos, hay muchas historias que pasan de la app al altar, más allá de las distancias geográficas y del tiempo que transcurre hasta que lo virtual se convierte en real..