25 Marzo de 2025 12:30

Durante su reciente internación en el hospital Gemelli de Roma, el Papa Francisco enfrentó dos episodios críticos que pusieron en riesgo su vida. El cirujano Sergio Alfieri, quien lo ha acompañado en diversas intervenciones quirúrgicas, relató con detalle lo ocurrido y la delicada situación que atravesó el Sumo Pontífice.
La primera crisis tuvo lugar el 28 de febrero, cuando el Papa sufrió un broncoespasmo mientras estaba internado por una bronquitis asmática. Los médicos del Gemelli descubrieron que su condición era más grave de lo que inicialmente se pensaba: una neumonía bilateral y la presencia de diversos virus y microbios complicaban el cuadro clínico.
Según Alfieri, el equipo médico se enfrentó a una decisión difícil: "Tuvimos que decidir entre parar y dejarlo ir o probar con todos los medicamentos y terapias posibles corriendo un riesgo muy alto".
El cirujano destacó que el Papa estaba plenamente consciente de la gravedad de su situación: "El Papa sabía que podía morir". En esos días críticos, quienes lo rodeaban no pudieron contener las lágrimas. Massimiliano Strapetti, enfermero de confianza del Pontífice y asesor personal sanitario, instó al equipo médico a no rendirse: "Intentalo todo, no te rindas".
El propio Papa Francisco fue una fuente de fortaleza para los médicos. "Nos alentó, incluso cuando su condición empeoró estaba completamente consciente", añadió Alfieri. Desde el inicio de su internación, el Papa pidió que se le informara siempre con la verdad sobre su estado de salud. Aunque los tratamientos implicaban riesgos significativos, como daños a los riñones y la médula ósea, el organismo del Pontífice finalmente respondió y la infección pulmonar comenzó a mejorar.
Cuando parecía que lo peor había pasado, ocurrió un segundo episodio crítico. Mientras comía, el Papa vomitó y aspiró accidentalmente. Alfieri explicó que este tipo de situaciones pueden derivar en muerte súbita o complicaciones graves en los pulmones, que ya eran los órganos más afectados. "Fue terrible, creímos que no lo lograríamos", confesó el cirujano.
En medio de la incertidumbre, hubo momentos de profunda conexión humana. Alfieri recordó con emoción cómo el Papa le tomó la mano durante los momentos más difíciles, buscando consuelo. Una vez superada la crisis, Francisco expresó su gratitud saludando a otros pacientes del hospital desde su silla de ruedas y compartiendo gestos generosos con quienes lo cuidaron. En una ocasión, ofreció pizza al equipo médico como muestra de agradecimiento.
Papa Francisco: cómo es su recuperación
Tras 38 días de internación, el Papa Francisco recibió el alta médica el 23 de marzo. Desde entonces, su recuperación sigue bajo estricta vigilancia médica y se encuentra en proceso de convalecencia. La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó que continúa con tratamiento farmacológico y fisioterapia respiratoria y motora. Por el momento, no recibe visitas ni se han tomado decisiones sobre su agenda futura.
Los médicos Alfieri y Luigi Carbone indicaron que la recuperación podría extenderse por al menos dos meses. Durante este tiempo, el Papa deberá seguir con terapia farmacológica prolongada por vía oral y realizar fisioterapia motora y respiratoria de manera completa. Además, se ha dispuesto atención médica las 24 horas para garantizar su bienestar y responder ante cualquier urgencia.
En cuanto a las noches, Francisco utiliza oxigenación a altos caudales mediante cánulas nasales, mientras que durante el día esta asistencia se reduce progresivamente. No se han definido aún actividades específicas para los próximos días ni para eventos importantes como las celebraciones de Semana Santa o los jubileos pero por ahora, las audiencias generales han sido suspendidas temporalmente y los mensajes preparados por el Papa serán difundidos por escrito.
El Papa Francisco permanece rodeado únicamente por sus colaboradores más cercanos mientras avanza en su recuperación. El papa argentino, ejemplo de fortaleza y determinación sigue en este plano y la iglesia católica reza por su pronta recuperación.