En noviembre de 2014, en una de las tantas entrevistas que brindó por su nuevo emprendimiento, Ricardo Maidana evocaba las papas fritas de su mamá y de su abuela. Cuando se enteró de que el emblemático Palacio de la Papa Frita estaba con riesgo de cierre, lo compró. Sin más. Mandaba a traer la materia prima desde Balcarce, provincia de Buenos Aires y esperaba levantar un negocio alicaído. Con esperanza, auguraba unos números favorables para su primer año de gestión. Con un promedio superior a los 350.000 cubiertos anuales, preveía una facturación, para el primer ejercicio, superior a los $ 70 millones. Pero algo falló.
Lo que falló fueron desavenencias entre Maidana y Miguel Paz, uno de los socios y además dueño del local de la calle Corrientes 1612. Paz asegura que no cobró ni un peso de alquiler de parte de Maidana; éste acusa a su socio de querer cerrar el local para alquilarlo a una cadena de pizzerías. El asunto terminó con corte de calle, manifestaciones y una declaración como Bar Notable de parte de la Legislatura porteña para favorecer a que no cierre. Una realidad muy distinta a las expectativas.
Cristian Ritondo y Ricardo Maidana después de la declaración como Bar Notable del Palacio
Maidana, según él mismo contó, nació en Chacabuco. Es un empresario inmobiliario que tiene 4 locales: la cabecera es en San Justo, y también hay en Palermo, Canning y Virrey del Pino. Otro de los negocios que le atribuyen es la propiedad del bar Rond Point, pero él lo niega.
Matancero, Maidana también tiene una vida política: arrancó como hombre leal a Julio Rubén Ledesma, del sindicato de Comercio Zona Oeste. Luego pasó al kirchnerismo y después continuó su incursión política como hombre de Francisco De Narváez. Fue concejal por el Peronismo Federal en La Matanza hasta 2013. Hoy, en este 2015 como empresario gastronómico, es precandidato a intendente de La Matanza... por el PRO.
Precandidato a intendente por el PRO, fue concejal por el Peronismo Federal y también kirchnerista.
En su facebook personal, Maidana tiene fotos con y de famosos en El Palacio y publica las notas y menciones que le dedican a su restaurant. Es hincha de River y fanático de los coches. Incluso patrocina algunos con su marca. Profesa la fe evangélica y -aunque provisorio- ya logró el primer milagro: salvar al Palacio del cierre. Ahora le falta el segundo, que sería un milagro mayúsculo: ganar la intendencia de La Matanza.