"¿Cuánta miseria puede aguantar Argentina recibiendo inmigrantes pobres?", se preguntó el senador del Frente para la Victoria Miguel Ángel Pichetto, encendiendo hoy una ola de críticas ante lo que muchos interpretaron como clara xenofobia.
Los dichos de Miguel Ángel Pichetto reencendieron la discusión sobre inmigración.
"El problema es que siempre funcionamos como ajuste social de Bolivia y ajuste delictivo de Perú", agregó el jefe de la bancada kirchnerista en el Senado. Y, una vez más, volvió a darle mecha a una discusión que lleva décadas en la política y la sociedad argentinas.
"Lo que tenemos que hacernos es ajustarnos a la ley", terció al respecto Horacio "Toto" García, director nacional de Migraciones, en charla con BigBang. "Lo cual no significa que no querramos hacer ajustes atendiendo a la regulación de los migrantes para evitar trata y tráfico de personas".
Canalizar trabajo
Así, el particular sistema que plantea García pasa por organizar los flujos migratorios, dirigiéndolos hacia lugares del país donde se necesite mano de obra. "El Plan Belgrano es un ejemplo de espacio donde se podría canalizar trabajo", explica. "Hay que ofrecerle a los inmigrantes una especie de menú laboral".
Horacio García, director nacional de Migraciones, plantea un sistema de "redireccionamiento"
El funcionario cita como experiencia exitosa la de Nueva Zelanda donde, según detalla, "haciendo un trabajo de captación y derivación del flujo migratorio" se logró convertir a la ciudad de Auckland "de un pueblito donde a las 5 de la tarde cerraba todo a una urbe pujante".
Argentina basó gran parte de su progreso en el flujo inmigratorio.
García, además, plantea como desprendimiento de tal proyecto incluir dentro de la reforma a los migrantes internos. "Queremos darles la posiblidad de que, por ejemplo, si viven en una villa de la ciudad de Buenos Aires, puedan volver a sus pagos en el marco de una situación con vías de progreso", explicó.
Al mismo tiempo, otro aspecto de su idea pasa por la creación de fueros judiciales dedicados exclusivamente a asuntos migratorios, buscando la especialización y el tratamiento más profundo de causas relacionadas con el trabajo ilegal y la trata de personas.
Primer ensayo
El Programa Siria, lanzado por el gobierno nacional como ayuda humanitaria para los refugiados de ese país de Medio Oriente, funciona, para García, como una especie de prueba piloto.
Gracias a él, los sirios que así lo requieran pueden obtener luego de una entrevista consular un DNI argentino durante dos años. Después de ese período, se les brinda la posibilidad de acceder a una residencia definitiva gozando de los mismos derechos civiles, sociales y económicos que cualquier ciudadano.
"Cuando nos demos cuenta de que todos los inmigrantes vienen a trabajar, se van a bajar los decibeles", asegura García. "Queremos migración regular, ordenada y segura. El orden no es de los países fascistas, sino de los que crecen".