por Matias Ayrala
18 Noviembre de 2021 18:38En los últimos dos años, el médico Carlos Kambourian pasó más horas en diferentes estudios de televisión que en un consultorio. Mientras la pandemia de coronavirus hacía vivir al mundo la situación sanitaria más horrible de la historia, dejaba de pisar sanatorios, clínicas u hospitales para ser el protagonista de fallidas operaciones contra el Gobierno Nacional.
Durante 2020 y parte de 2021, Kambourian se sentaba en el panel de Fantino a la tarde, el programa que Alejandro Fantino conducía en las tarde de América, o en Intratables, para despotricar contra las medidas sanitarias dictadas por el Ministerio de Salud, para criticar el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, y también para hablar en contra de algunas de las vacunas contra el COVID-19. Sus discursos solían carecer de fundamentos y de evidencia científica.
Algunas de las frases del denominado “Doctor Muerte”, por sus fallidos vaticinios en la etapa más dura de la pandemia, fueron “La gente ya está harta, cansada, el aislamiento ya dio lo que tenía que dar”, “¿Si vamos a seguir en la mentira, ¿qué sentido tiene?, la cuarentena verdadera fueron los primeros 14 días”, "La cuarentena se terminó, la gente está en la calle", “Si esto falla, ¿estamos dispuestos a volver a hacer el confinamiento?", "Vayamos pensando en la segunda ola para el 2021", y “Dudo de la Sputnik V, nadie sabe si es eficaz”.
Pero, sin dudas, su peor operación sobre la pandemia de coronavirus fue la relacionada a sus constantes críticas al plan de vacunación en Argentina. En un tuit que publicó en su cuenta el 19 de febrero, Kambourian escribió: “Pensar que en agosto va a haber un aluvión de vacunas y vacunación masiva es el siguiente error. En agosto vamos a estar con hospitales llenos de pacientes. Y volviendo a preguntarnos por qué. Guarden este tw”. Ese posteo se convirtió en un clásico de la red social para recordar sus errados pronósticos, mientras Argentina se encuentra primera en el ranking de vacunación a nivel mundial.
En las últimas elecciones, Kambourian logró su cometido y se convirtió en candidato a concejal por Malvinas Argentinas. Tanta campaña anti-oficialista le permitió convertirse un lugar en las listas de Juntos por el Cambio. Aunque, por supuesto, su carrera como médico siempre estuvo supeditada a sus contactos con la política.
El intento de defensa de Kambourian: sigue sin explicar qué hizo con la plata del Garrahan
Tras la denuncia del Consejo de Administración del Hospital Garrahan por usar dinero de la institución para “gastos personales” cuando fue director, entre 2017 y 2019. Según la auditoria del Garrahan, el candidato de Juntos por el Cambio deberá devolver más de un millón de pesos y 11.700 dólares. Además deberá explicar por qué razones utilizó un vehículo de traslado de pacientes del nosocomio para viajar a su esposa y a sus hijos cuando se había tomado licencia. Ambas causas ya están en la Justicia.
En lugar de responder qué pasó con ese dinero, el mediático médico y militante macrista le dijo a Perfil en una breve entrevista: "Me vienen molestando con esto las autoridades del Garrahan desde hace un año y medio, desde que empecé a denunciar en los medios el robo de vacunas y el mal manejo de la pandemia. El objetivo es molestar al que piensa diferente, en este caso a mi, que estoy en las antípodas. Sobre las acusaciones puntuales responderán mis abogados, que están trabajando en el caso. Yo responderé en la Justicia en caso que tenga que hacerlo".
En tanto, en Twitter denunció persecución política. "Probaron amenazándome. Probaron amenazando a mis hijos. Probaron silenciándome. Y armando una causa. Ahora prueban con la tapa de un diario oficialista. ¿Y si prueban haciendo algo por la gente que no los votó? Quizás funcione. ¿Es cara la tapa, no? Un honor", escribió, luego de que la denuncia saliera en la tapa de Página 12.
Pero el doctor ya está acostumbrado a los escándalos desde el comienzo de su carrera. Así como su llegada a la dirección del Garrahan aún no tienen explicación para muchos de los médicos más antiguos de la institución, sus inicios en la administración pública aún son recordados de la peor manera por sus colegas. Su primer cargo fue como subdirector del Hospital Central de Pediatría Dr. Claudio Zin, bajo la gestión del ex intendente Jesús Cariglino.
Esa institución se inauguró en 2011 y un año después fue el escenario de un hecho terrible. La muerte de Celeste Morales, una nena de siete años, que murió durante la operación de un quiste por “mala praxis”. Los vecinos armaron una protesta que terminó en una batalla por las patotas del ex intendente. Unos días después un enfermero apareció muerto con un balazo. En 2013, la causa de Celeste llegó a juicio con Leonel Bianco, el jefe de pediatría del hospital, como el único acusado.
En su declaraciones, después de denunciar a la cúpula de la institución y de afirmar que había irregularidades de todo tipo en la atención de la paciente, relató que la historia clínica de la nena había sido falsificada. Dijo que había sido obligado a ocultar las irregularidades. Cuando el juez le preguntó quién lo había obligado a falsificar la historia clínica, apuntó a tres personas: “La doctora Gladys Samantía, un doctor de pelo blanco que no sé el nombre y Carlos Kambourian”.
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Después de que Cariglino perdió las elecciones de 2015, se sumó a las filas del gobierno de la provincia de Buenos Aires de María Eugenia Vidal. Por supuesto, Kambourian fue con él. Como el ex intendente comenzó a trabajar como asesor del municipio de Pilar, donde estaba el flamante intendente Nicolás Ducoté. De un día para el otro, Kambourian se transformó en el secretario de Salud de Pilar. Su gestión fue una demostración de la política de Cambiemos.
En poco tiempo, el doctor privatizó y tercierizó gran parte de la Salud municipal. Kambourian creó bonos para la atención médica en los hospitales públicos y eliminó los vacunatorios. Ya no había forma de que los niños y niñas de Pilar obtuvieran el Calendario de vacunas. Kambourian comenzó a recibir denuncias que se cajoneaban una tras otra. Entre las quejas de vecinos y opositores estaba la creación de “estaciones de salud” que eran puestos de campaña macristas y privatización de los centros odontológicos de Pilar.
Su conducta privatizadora le permitió dar el gran salto al gobierno nacional de la mano del ex jefe de Gabinete, Marcos Peña. En 2017, Kambourian renunció al municipio de Pilar y se hizo cargo del Programa de Cobertura Universal, que dependía de la futura Secretaría de Salud de la Nación. Ese fue el umbral para llegar al la presidencia del Consejo de la Administración del Hospital Garrahan. Así comenzaba su carrera mediática y política.
Su gestión el Garrahan estuvo lleno de errores, denuncias y obras sin explicación. En sus pocos años como director, Kambourian llevó adelante remodelaciones sin sentido y que generaron gastos enormes a la institución. Por ejemplo, construyó un vacunatorio dentro del hospital, algo que sanitariamente es una catástrofe porque se podrían contagiar los niños sanos. También mandó a construir una sala de consultorios externos que no contaba con ventilación y tenía problemas estructurales. Su final en la dirección del hospital terminó cuando la auditoría demostró que había gastos que el doctor no podía explicar. Ahora lo tendrá que hacer frente a la Justicia.