08 Enero de 2020 13:38
Antes del nacimiento de David Bowie como personaje genial, innovador y creativo, David Robert Jones llegó al mundo un 8 de enero de 1947 en Londres y, ya desde la escuela primaria, se ganó la reputación de ser un niño de caracter independiente y fuerte.
Su evidente interés en la música fue alimentado por sus padres, quienes comenzaron a comprarle discos de rock norteamericano. Little Richard se convirtió pronto en uno de sus ídolos y, más tarde, ya adolescente, sumó el jazz a sus pasiones y comenzó a tocar el saxo.
A los 15 años formó su primera banda y luego pasó por varios grupos más aunque el éxito le era esquivo. Fue recién a fines de los '60, de la mano de las clases de danza y artes dramáticas que comenzó a tomar poco después de adoptar el seudónimo de "David Bowie", que el cambio se gestó: lo suyo sería una mixtura de artes que iría mucho más allá de la música.
Poco a poco, álbumes como The Man Who Sold The World, editado en 1970, y Hunky Dory, de 1971, comenzaron a llamar la atención de la escena rockera británica y estadounidense. Mientras tanto, e inspirándose en las figuras de Iggy Pop y Lou Reed, Bowie comenzó a delinear un nuevo concepto, el de Ziggy Stardust, un alter-ego andrógino y bisexual que actúa como mensajero de seres del espacio exterior.
Cambio perpetuo
The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, en 1972, recibió aplausos unánimes de la crítica especializada por su mixtura de rock glam, visión avant-garde y elegancia pop.Esta no seria, obviamente, la última transformación de Bowie: el secreto de su larga carrera se basó en una reinvención musical y visual constante. Así, por ejemplo, el soul y el funk llegaron a su música para Diamond Dogs (1974), cuyo concepto se basaba en una idea futurista y post-apocalíptica.
Mientras tanto, Station to Station (1976) introdujo un nuevo personaje para Bowie: el Delgado Duque Blanco (Thin White Duke). Los brillantes trajes glam y el maquillaje dejaron paso a una imagen minimalista y distinguida, con camisa blanca, chaleco y pelo engominado.
Detrás de esa imagen, sin embargo, el artista admitía que el personaje "no sentía ningún tipo de emoción". Años después, reconoció que aquel fue "un período peligroso" en el cual estaba "al borde del precipicio tanto física como emocionalmente" a causa de su "astronómico" abuso de las drogas. Estado mental que lo llevó incluso a efectuar polémicas declaraciones sobre Adolf Hitler y el fascimo, que luego retractó denunciando años más tarde el racismo tanto en la sociedad europea como en la industria musical.
Su salud mejoró luego de una mudanza a Suiza junto a su esposa Angela y su hijo Duncan (hoy un prestigioso cineasta), y luego otra a Berlín. Sus siguientes tres discos, Low (1977), Heroes (1977) y Lodger (1979) se centraron en sonidos más minimalistas y despojados, acompañados por colaboraciones con Brian Eno y Robert Fripp.
Del pop al adiós
Los '80, mientras tanto, fueron momento para el pop y para el que tal vez fue el mayor pico de popularidad comercial para Bowie, el álbum Let's Dance, editado en 1983, que se llevó discos de platino tanto en Inglaterra como en Estados Unidos.
Como para no dejar ningún rincón sin explorar, a principios de los '90 Bowie decidió sumergirse en el hard rock formando una banda por primera vez en dos décadas: Tin Machine. Esta época también fue de profundos cambios en la vida personal del músico: una década después del divorcio de su primera esposa, se casó con la modelo somalí Iman.
El éxito masivo regresaría a su carrera en los '90, con un viraje hacia la música electrónica acompañado por una sociedad artística con Trent Reznor, líder de banda Nine Inch Nails. El arrollador ritmo de trabajo del artista, que continuó durante los primeros años del nuevo milenio, se vio obligado a frenar cuando se le detectaron problemas coronarios y tuvo que recibir una angioplastía de emergencia en el 2004.
Buscando descanso y un rol paterno más cercano con Alexandria, su hija junto a Iman, decidió retirarse de las giras aunque calmó al fin la ansiedad de sus fans: luego de 10 años sin editar un disco, lanzó The Next Day en el 2013, el cual debutó en el primer puesto de los más vendidos en Inglaterra. Nadie se imaginaba que sería su penúltimo álbum.
Blackstar, lanzado en el 2016, fue planeado cuidadosamente como una obra de despedida: afectado por un cáncer, Bowie sabía que su tiempo se agotaba y quiso ofrecer un último regalo a su público. El disco fue lanzado el día de su cumpleaños número 69, el 8 de enero. Apenas dos días después, gran parte del mundo lloró su fallecimiento.