Lejos de todo pedigrí, con la desfachatez que da la calle y la picardía del que se sabe mimado, Balcarce, el perro que saltó a la fama por acompañar a Mauricio Macri durante la campaña presidencial, ahora disfruta de todos “los placeres que da el acceso al poder”.
En su última aparición pública se lo vio corriendo feliz por, nada más y nada menos, los parques de la Quinta de Olivos. El can mostró su presente, como no podía ser de otra manera en estos tiempos modernos, mediante su perfil en las redes sociales, donde publicó un video de su corrida por “La Casa del Presidente”.
Como si fuera un homenaje a la película Carrozas de Fuego con la canción Vangelis de fondo, el perro disfrutó de los verdes pastos presidenciales en una corrida donde no dejó lugar a dudas de que es un perro feliz.
La historia de un perro presidenciable
Para contar cómo un simpático perrito terminó saltando a la fama luego de haberse sentado en el Sillón de Rivadavia, el mismo en el que apoyaron “sus posaderas” los mandatarios que dictaminaron a lo largo de la historia el rumbo de este bendito país, debemos remontarnos a mediados de 2015, en plena campaña presidencial.
Balcarce en la Casa Rosada, junto a su dueña
En esa época, cuando la cara de los candidatos en los afiches de campaña enchastraba las paredes de la ciudad, un perrito sin dueño se apareció en la sede nacional del PRO, el inmueble que alquiló el partido de Macri ubicado sobre calle Balcarce casi esquina Belgrano.
Como buen perro, Balcarce hizo pis en una de las palmeras de la casa de gobierno
El pichicho enseguida fue adoptado por Agustina “Puppi” Bonnecarrere, editora de fotos del PRO, encargada de los perfiles 2.0 del Presidente y, por sobre todas las cosas, amantes de los perros.
Sin embargo, por falta de espacio en la casa de Puppi, el primer hogar del ahora ya bautizado perro Balcarce (en honor a la sede del PRO... ¡no a la Casa Rosada!) fue el segundo piso del bunker macrista: le compraron una cucha y enseguida hizo de ese lugar su hogar.
Una vez que Macri le ganó a Scioli las elecciones y se ganó el pase directo a la Rosada, comenzó el esplendor y los 15 minutos de fama del perro macrista: en enero, antes del viaje del Presidente a la cumbre de Davos, una foto de Balcarce sentado en el sillón presidencial se hizo viral y, a favor o en contra, todos opinaron al respecto.
Finalmente, Bonnecarrere hizo lugar en su casa y Balcarce terminó durmiendo bajo su mismo techo. Sin embargo, Macri le tomó un cariño especial al pichicho, y de vez en cuando se lo lleva a su quinta de Los Abrojos o, como muestra el video, a que recorra los parques de la Quinta de Olivos.
Perro 2.0
El equipo comunicaciones del PRO le armó al perro perfiles en varias redes sociales. Desde ella hacen una especie de reality show en vivo del can, donde en varias ocasiones se lo ve postear sobre temas relacionados con la actualidad.
Yo estaba esperando a Sunny y Bo ?? pic.twitter.com/PvKTWFBd6O
- Balcarce PRO (@ElPerritoDelPRO)
Como ejemplo se puede tomar el posteo que realizó el 23 de marzo pasado, cuando el presidente de Estados Unidos Barack Obama aterrizó en Argentina. “Yo estaba esperando a Sonny y Bo”, escribieron en el perfil de Facebook de Balcarce haciendo alusión a los perros presidenciales yanquis.