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El último milagro de Don Diego: Guillote y Diego, reconciliados

El velatorio de Don Diego “Chitoro” Maradona fue el vehículo que motorizó el reencuentro de dos viejos amigos: su hijo Diego y Guillermo Coppola, que se fundieron en un abrazo. Guillote llevó una de las manijas del féretro del papá del Diez.

26 Junio de 2015 13:34
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Cuando ingresó a la casa velatoria de la calle Tres Arroyos al 1500, ya sabía que cualquier diferencia quedaría en el olvido. Tenía esa certeza, esa convicción íntima. Guillermo Cóppola quería acompañar a su amigo en uno de los momentos más tristes de su vida. Y a la vez despedir a un afecto muy querido, a Don Chitoro. Atrás quedaron las peleas, las acusaciones y hasta el juicio entre Diego Maradona y Guillote.

Los amigos estuvieron distanciados e incluso hubo mediación judicial entre ellos. 

“Se fue con mi vieja”, declaró el Diez conmovido. Los restos de su papá fueron trasladados al Jardín de Paz de Bella Vista, donde reposa el cuerpo de Doña Tota, fallecida hace cuatro años. Diego llevó una de las manijas del féretro. Otra de las manijas, a la izquierda de Pelusa, fue llevada por su amigo, ya lejos de cualquier rencilla

Esta mañana, Coppola habló con su amigo Beto Casella en Radio 10: “Hacía tanto tiempo que no nos abrazamos. Era el abrazo pendiente, el cierre de una película que no se sabía dónde se iba a terminar", aseguró Guillermo sobre este reencuentro. "Repasamos delante de la imagen de Don Diego, la película de nuestras vidas. Fue tan emocionante, tan emotivo, en la mayoría de mis historias está Diego y Don Diego", concluyó.