Su nombre es Pedro Martín Fernández, es el capitán del submarino ARA San Juan, el cual permanece desaparecido desde hace ocho días y este jueves se dio a conocer la peor noticia: desde la Armada Argentina informaron que se registró horas después de la última comunicación con el submarino, un evento anómalo, violento y no nuclear, consistente con una explosión".
El capitán, Pedro Martín Fernández, había advertido una falla en las baterías.
El hombre de 45 años nació en la capital tucumana, pasó toda su infancia en el barrio Echeverría, terminó el secundario en la escuela Normal y luego continuó su formación militar hasta alcanzar el grado de capitán de fragata. Este rango fue el que le permitió convertirse en la autoridad máxima a cargo del ARA San Juan durante esta última misión.
Fernández, el capitán de los otros 43 tripulantes que iban en el submarino argentino, vivía desde hace diez años en Mar del Plata, ciudad donde lo vio irse a bordo del vehículo marino el 25 de octubre con destino a Ushuaia. Toda su familia se encuentra en La Feliz -que en estos momentos desborda de tristeza y angustia- salvo su mamá, Emma Nelly Juárez.
La mamá del capitán del Ara San Juan. Foto: Gentileza La Gaceta.
La señora, de avanzada edad, sigue en su vieja casa de Echeverría, implorando a los cielos volver a poder ver la cara de su hijo una vez más. “Me había contado que este iba a ser su último viaje en el submarino. Después se quedaba en tierra", reveló, entre lágrimas y rodeada de sus otros hijos, la mujer de 80 años al medio La Gaceta de Tucumán.
Durante la entrevista, Doña Emma, visiblemente conmovida por esta difícil situación que le toca vivir, no puede evitar las lágrimas y no duda en deshacerse en elogios para con su hijo. Lo recuerda como un chico “muy estudioso que se la pasaba toda la tarde en la biblioteca”. Además, orgullosa, asegura que es “una muy buena persona” que navegó dos veces en el Fragata Libertad.
Los recuerdos de Doña Emma. Foto: Gentileza La Gaceta
Fernández todos los años visitaba a su familia en julio y diciembre, época donde podía tomarse sus merecidas vacaciones. Sin embargo, se comunicaba diariamente con su mamá por WhatsApp. Según la octogenaria, su hijo quiso ser militar y se preparó para entrar al Ejército, pero una lesión en los meniscos se lo impidió. Ahí fue cuando optó por la Armada.
El submarino permanece desaparecido desde el miércoles.
Hoy son horas críticas y casi de sentencia. Los familiares, entre angustia y enojo, advierten engaños y “manipulación” por parte de la Armada Argentina. Otros, como Ana María Raya Tonetti -la mujer del capitán Fernández, con quien tuvo tres hijos- se preguntó en varias oportunidades por qué no los pudieron encontrar en este tiempo. Mientras tanto, el mundo reza y pide por los 44.