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El único sobreviviente: la vida de Otto Frank, el guardián del diario de Ana y su nueva familia tras el fin de la guerra

Luego de sobrevivir a Auschwitz, se dedicó a difundir el diario de su hija. 

12 Mayo de 2020 12:11
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Más allá de su autora, el diario de Ana Frank tal vez nunca hubiera visto la luz sin la ayuda de su padre, Otto. Fue él quien recibió los manuscritos de manos de su secretaria Miep Gies, una de las personas que ayudó a ocultar a la familia de los nazis y que lo encontró luego de que fueran capturados.

Nacido en Alemania el 12 de mayo de 1889, Otto estudió Economía y vivió varios años en Nueva York trabajando como empleado de la gran tienda departamental Macy's. Luego de regresar a su país natal, peleó en la Primera Guerra Mundial alcanzando el rango de teniente.

A principios de los años '20 conoció a Edith Hollander, heredera de un empresario del metal, y se casaron en 1925. Al año siguiente nació su primera hija Margot, seguida por Ana en 1929.

Con la llegada del nazismo a Alemania y la creciente persecución a los judíos, Otto decidió mudar a su familia a la ciudad holandesa de Ámsterdam.

A pesar de que intentó conseguir visas para que todos pudieran emigrar a Cuba, la declaración de Guerra de Alemania a Estados Unidos forzó a cancelarla y los Frank decidieron entrar en la clandestinidad. Un día antes de que comenzaran a ocultarse en el lugar de trabajo de Otto, la compañía Opekta, Margot había recibido una notificación para presentarse a trabajos forzados en Alemania. 

Años de escondite

Además de los Frank, el lugar también estaba ocupado por Hermann van Pels, compañero de trabajo de Otto, su esposa Auguste y su hijo Peter. Tiempo después, también se les unió el dentista Fritz Pfeffer.  El ocultamiento fue ayudado desde afuera por un grupo de colegas holandeses de Otto. 

El grupo logró ocultarse durante dos años hasta que fue descubierto en agosto de 1944. Se teoriza que alguien los delató o que las autoridades ingresaron al lugar para investigar otro asunto y se toparon con ellos. 

Trasladado al campo de concentración de Auschwitz, Otto fue separado de su esposa e hijas. Enfermo, pudo evitar el traslado de los prisioneros ante la avanzada soviética y fue hallado allí por el Ejército Rojo durante la liberación del campo en enero de 1945.

Desesperado, su primera tarea fue intentar encontrar a su familia y amigos. Tristemente, luego de volver a Holanda y pasar seis meses de búsqueda, cayó en la cuenta de que era el único sobreviviente de los residentes en el escondite. 

Un poderoso recuerdo

Otto se negó a leer el diario de su hija luego de recibirlo de manos de Miep. Sin embargo, luego de mostrárselo a varios de sus parientes, lo convencieron de que sería una buena idea publicarlo para reflejar no sólo su experiencia sino la de miles de judíos obligados a ocultarse de la persecución nazi. 

Con la primera edición convirtiéndose en un éxito, el diario de Ana fue traducido al inglés en 1952 y convertido en película en 1959. Mientras recorría el mundo haciendo honores a la memoria de su hija, Otto rehizo su vida y se casó con Elfriede Geiringer, a quien ya había conocido años atrás en Amsterdam. Al igual que él, ella también había sobrevivido a Auschwitz: su marido e hijo murieron allí, y sólo quedo viva su hija Eva. 

Frank también tuvo que soportar las acusaciones de negacionistas del Holocausto y neonazis, quienes señalaron como falso el manuscrito de su hija. En 1980, luego de su muerte, la escritura, el papel y los materiales fueron analizados científicamente, y el documento se certificó como auténtico.