La Corte Suprema de Justicia abrió el camino para que la Policía Metropolitana pueda utilizar armas eléctricas Taser luego de desestimar un recurso del Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires que objetaba su compra por parte de la fuerza.
El modelo X26 de pistola Taser es el que pretende usar la Metropolitana.
En ese amparo, se sostenía que el uso de ese tipo de armamento era “de extrema peligrosidad, al punto de constituir una tortura” y comprometía los derechos “a la vida, la salud y la integridad física”, pero la Corte Suprema lo rechazó por inadmisible.
La discusión alrededor de las Taser comenzó en 2010 con los primeros pasos de la Policía Metropolitana. Al trascender que se pretendía incorporar estas armas eléctricas como instrumentos de los efectivos, los organismos de derechos humanos cuestionaron duramente la idea.
Sus argumentos se apoyaban en informes de Naciones Unidas y Amnistía Internacional, que señalaban que las Taser eran culpables de más de 600 muertes en Estados Unidos desde 2001 y habían sido utilizada contra 431 menores en el Reino Unido solamente en 2013.