Un reciente análisis dado a conocer por la Fundación Para el Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) y otras nueve organizaciones que este año se sumaron para llevar a cabo la Semana de Prevención del Embarazo No Planificado en la Adolescencia (la cual va de 21 al 28 de septiembre), reveló recientemente que en la Argentina cada día se producen 258 nacimientos producto de embarazos en niñas y adolescentes, lo que muestra una realidad compleja y una problemática social que se extiende desde hace años y que parece no mejorar.
En detalle, el informe, basado en distintas investigaciones sobre la salud de los jóvenes, indica que cada seis minutos una adolescente tiene un hijo y que el 70% de esos embarazos ocurrieron por accidente o por imposición. Además, muestra que por día nacen siete bebés de niñas menores de 15 años y que una de cada cuatro adolescentes ya habían tenido al menos un hijo antes.
Ante estas cifras, BigBang se comunicó con Mabel Bianco, presidenta de FEIM, y con Mar Lucas, Directora de Programas de Fundación Huésped, quienes indicaron por qué en las provincias del norte la situación es mucho más compleja, que factores influyen para que ocurran estos embarazos, y por qué la ley de Educación Sexual Integral no se cumple, aún cuando fue promulgada en 2006.
En diálogo con este portal, Bianco explicó que este 21 de septiembre FEIM y otras nueve organizaciones lanzaron la “Semana de Prevención del Embarazo No Planificado en la Adolescencia”, con la idea de hacer una campaña para hacer foco en el derecho a decidir de las niñas y adolescentes.
Según la médica, el embarazo adolescentes es producto de muchos factores, entre ellos, la falta de educación sexual, la falta de acceso a métodos anticonceptivos y los abusos sexuales.
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"Como decimos y se reconoce en todos los estudios, aun la ESI (la ley de Educación Sexual Integral) no se está logrando en todas las escuelas del país. Por eso en muchos casos lo que reciben los alumnos son dos horas de charla por año, lo que es muy poco y es en parte del problema de la falta de información", indicó.
En el informe dado a conocer en los últimos días, se indica que cerca del 14% de los nacimientos que se producen en la Argentina son de adolescentes, pero que ese porcentaje se agrava en provincias como Chaco, Formosa o Misiones, donde uno de cada cinco nacimientos corresponde a niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años.
"Estas son provincias donde hay un alto grado de pobreza no solo económico sino cultural. Además tienen una costumbre de hacer uniones o parejas de niñas con hombres mas grandes, sean conviviendo y /o en relaciones más estables, muchas veces consentidas por la familia para ayudar a la nena económicamente para poder estudiar. También hay que sumar que hay menos acceso a servicios de salud amigables que den información y provean métodos anticonceptivos", indicó Bianco, quien aclaró que todos estos factores se traducen en más nacimiento de madres menores de 15 años.
En ese sentido, la médica feminista agregó que la falta de Educación Sexual Integral se da en todo el país, y que ocurre de manera despareja dentro de una misma provincia, porque depende de las escuelas y las zonas donde las chicas vivan.
"Es obvio que a falta de información y acceso a métodos anticonceptivos, cuando hay relaciones sexuales se producen embarazos, pero eso se ve influido por muchos factores, entre ellos el abuso sexual que las niñas sufren, especialmente las menores de 15 años, ya que en ellas los embarazos son producto de abusos porque no tienen capacidad de decidir"
Sobre la falta de educación, Bianco indicó que la ESI no se da en todas las escuelas del país, a pesar de que la ley se promulgó en octubre de 2006. El Programa Nacional de Eduación Sexual Integral establece que todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal.
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"Lo importantes de esta campaña es dejar en claro que sepan y puedan decidir que quieren hacer en su vida, que si tienen relaciones sexuales y no quieren quedar embarazadas puedan tener acceso a métodos anticonceptivos y que los hombres les respeten si ellas no quieren y no las obliguen a tener relaciones y menos de manera desprotegida", sumó por último.
El embarazo en la niñez y adolescencia es un problema complejo
En diálogo con BigBang, Mar Lucas, Directora de Programas de Fundación Huésped, dijo que los embarazos en niñas y adolescentes tienen que ver con varios ejes como la pobreza, el nivel educativo, la entrada al mercado laboral, y otros indicadores que son inequitativos entre las provincias."Hay muchos factores que afectan el embarazo adolescente, por lo que es imposible pensar fenómenos sociales complejos, reduciéndolos a una causa. Estos problemas hay que pensarlos estructuralmente y en un marco de tiempo, porque hablan de cuestiones culturales en la sociedad que llevan mucho tiempo modificarse, y que implican trabajar con estructuras educativas, sanitarias, de convivencia social y un montón de situaciones al mismo tiempo", indicó la licenciada en Psicología, y agregó que lo interesante es que se entienda el embarazo en la niñez y en la adolescencia como un problema que es complejo.
Sobre esto, la especialista en Infancia y Desarrollo dijo que hay muchos factores que como en el resto del país, en el norte también están disparados, lo que lleva a que haya más embarazos. "No se puede sacar una conclusión única y causal de por qué ocurre, sino que hay que mirar el contexto sociohistórico y económico y de valoración de lo educativo y de inclusión de la ESI y otros derechos, para poder entender porque hay más embarazos allá", aclaró.Lee más. Drama social: la pobreza infantil trepó casi al 52% y es la más alta en la última década
En cuanto a los embarazos adolescentes no deseados, Mar Lucas explicó que estas situaciones traen consecuencias que afectan de lleno la salud de las chicas, sobre todo si se trata de menores de 15 años víctimas de abuso, mientras que también influye negativamente en que no sigan con sus estudios, lo que después no les va a permitir ingresar al mundo laboral de manera sencilla ni tampoco las va a dejar desarrollarse como personas.Sobre esto, agregó que estos embarazos impactan en la capacidad de autonomía económica de las mujeres y profundizan además desigualdades de género.
En cuanto a la ESI, la licenciada sostuvo que no se aplica en todas las escuelas ni en todas las provincias, pero aunque este sea un factor importantísimo, no se puede decir que es el único ni tampoco el principal por el que ocurren los embarazos en la niñez.
#PuedoDecidir Qué Quiero ??????Podés decidir consentir qué relaciones tener. Cuidarte, escucharte, ver cómo te sentís y hasta dónde llegar. Sin presiones, sin miedos. Podés decidir cambiar de opinión en cualquier momento. Tu cuerpo y tus códigos son tuyos. pic.twitter.com/gPh8Y5U5Uz
- Fundación Huésped (@FundHuesped) September 20, 2019Según ella, además de que falta capacitación docente en los colegios para dar la ESI, lo cierto es que también es necesario que directivos, supervisores, inspectores, todo el personal no docente, los estudiantes y las familias se involucren para llevar a cabo una educación sexual eficiente.
"Desde Fundación Huésped sí pensamos que la ley de educación sexual bien implementada en todas las escuelas públicas, privadas, confesionales, laicas, etc, va a tener un impacto importante no solo en los embarazos, sino en la toma de decisiones de las adolescentes con respecto a su cuerpo, su sexualidad y sus vínculos. Va mucho más allá de la prevención de embarazos, también se busca una vivencia placentera y equitativa de las sexualidad. Entonces los embarazos en la adolescencia que sean intencionales o buscados dentro del proyecto de vida de esa persona, no tienen por qué ser vistos como un problema. La dificultad es que la gran mayoría son no intencionales, y necesitaríamos preguntarnos cómo una gran cantidad de niñas llegan a una situación que es absolutamente prevenible y que las atraviesa fuertemente en su cuerpo", cerró.