19 Agosto de 2020 12:19
La aparición del COVID-19 nos ha transportado a una nueva realidad; nos ha obligado a modificar nuestras rutinas, a repensar nuestras costumbres; nos ha obligado a mutar en uno de esos personajes que solamente creíamos que existían en Hollywood.
Esta pandemia es, sin lugar a duda, una de las peores crisis que se han vivido en el último siglo.
Cuando pienso en este virus, que ya ha infectado mundialmente a por los menos 25,000,000 de personas y matado a casi 1,000,000, me cuesta extraer algo positivo. Mi mente se concentra en tantas vidas perdidas y en los esfuerzos de todas esas personas encargadas de velar por nuestra salud.
Trato de despejar mi cabeza y volver al tema principal de este artículo.
“La crisis genera portunidades”, dicen por ahí. Una frase tan perfecta como controversial... ¿quién podría beneficiarse en una crisis como la que estamos viviendo? La respuesta es sencilla: “Quien mejor se adapte a ella”.
Ahora bien, esa adaptación tiene que ser generada en un “marco tangible”. Lo que necesitaremos entonces es un proyecto, una iniciativa donde depositar nuestras ideas y trabajarlas.
En mi forma de ver, Emprender es la mejor forma de crear un marco tangible para nuestras ideas, darles una plataforma para crecer, ajustarse y madurar.
En estos últimos meses he recibido muchas consultas de personas preguntándome cómo emprender... mi respuesta ha sido siempre la misma: “Sintiendo, Planificando y Ejecutando”
Siente con tu corazón, planifica con tu cabeza y ejecuta con tus manos... y no te detengas nunca.
No será fácil, que te sirva de advertencia. Muchas veces nuestro entorno genera una presión extra, otras veces nuestra propia mente intenta convencernos de no seguir nuestro corazón. Desestimalo, sigue avanzando y aprendiendo de la experiencia. No pienses en el precio, disfruta la travesía.
Son innumerables los casos de empresas que supieron adaptarse/reaccionar frente a diferentes crisis durante el último siglo. General Motors, fundada en 1908; Disney, fundada en 1929; FedEx, fundada en 1971; estos son algunos ejemplos de personas que en algún punto de sus vidas han desafiado al instinto de supervivencia, aventurándose por un nuevo camino cuando la mayoría de nosotros optaríamos por quedarnos, al menos momentáneamente, seguros bajo un único techo.
Esto es lo que creo; creo que toda Crisis es una circunstancia única para descubrir nuevos senderos y sobre todo para redescubrirnos a nosotros mismos.
Es la ocasión exacta para buscar oportunidades que previamente no existían; una ocasión exclusiva para adaptarse y ofrecer soluciones que, de alguna manera u otra, satisfagan las necesidades actuales.
Ahora bien, ¿cómo se crean nuevas oportunidades frente a una situación tan negativa como esta pandemia? Aquí van tres puntos que me parecen excluyentes:
Cambiar la forma en que se identifica al COVID. Entender que lo que se necesitan son soluciones permanentes; muchas de esas soluciones han estado al alcance de nuestras manos por un largo tiempo, pero muy poca gente las pudo explotar. La educación online sería un perfecto ejemplo de esto. Recurso devaluado frente al aprendizaje presencial hoy parece la forma más sensata de instruirse, previniendo mayores contagios en escuelas. Priorizar la innovación. Ambos, hábitat y ecosistema han cambiado drásticamente desde diciembre del 2019 y eso genera una necesidad de innovación casi obligatoria. Hay una sola manera de combatir la incertidumbre generada por el Covid; mejorando continuamente todo lo que hacemos. Liderazgo. Este quizás sea el punto más crítico. El nivel de liderazgo de una persona determinara la cantidad y calidad de oportunidades que puedan crearse durante la crisis. Lo que se necesita hoy, son líderes que puedan tomar decisiones bajo presión, líderes que sean capaces de experimentar nuevas ideas.