De la mano de la resolución N°816/2019, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, los restaurantes, locales nocturnos, hoteles y shoppings no podrán ofrecer sorbetes plásticos a sus clientes. El siguiente paso determinará que dentro de seis meses directamente se prohiba su venta y distribución.
"Este es un paso más hacia la reducción de plásticos de un solo uso que le hacen un daño enorme al ambiente", señaló el ministro de Ambiente Eduardo Macchiavelli. "Creemos que la gestión pública debe ser ambiental, con proyectos y resoluciones que den cuenta de este compromiso, y cuyos resultados a futuro son siempre positivos".
Pinamar ya se había adelantado, prohibiendo la entrega de sorbetes desde diciembre del 2018, y eventualmente luego se sumó el partido de General Pueyrredón. Y el movimiento para erradicarlos tiene réplicas en todo el mundo: la ciudad norteamericana de Malibú -por ejemplo- determinó en febrero del año pasado que no se puedan ofrecer más en espacios gastronómicos.
A favor
En Argentina, la campaña tuvo un rostro visible a través de la iniciativa Mejor sin sorbete, que se convirtió en hashtag en redes sociales. La idea estuvo capitaneada por la bar hunter Agustina Blanco y el bartender Federico Cuco de Verne Bar.Además de Verne, la iniciativa ya había sumado antes de la prohibición del sorbete adhesiones de otros bares y restaurantes como Soria, Festival, Divisadero Prado y Neptuno, La Tornería de Camila y Mooi.
Paralelamente, la joyera Ana Alsogaray había aportado su granito de arena lanzando una línea de sorbetes reutilizables de acero inoxidable que podían ser adquiridos tanto por espacios gastronómicos como para usuarios que quisieran llevar el suyo a donde fueran.
El emprendimiento jujeño Bioconexión, por su parte, lanzó las Payitas, sorbetes vegetales biodegradables fabricados con los tallos de planta de papaya que quedan en pie una vez terminada la cosecha.
En contra
Sin embargo, hay voces que se alzan en contra de la prohibición. Verónica Ramos, directora ejecutiva de la organización civil especializada en plásticos y medio ambiente Ecoplas, aseguró que "la prohibición no representa una solución sustentable"."Los sorbetes son productos reciclables, recursos para la economía circular que tras su reciclado se transforman en otros productos", agregó. "El prejuicio radica en el desconocimiento: el sorbete es del mismo material que las tapas plásticas, las cuales se separan y reciclan habitualmente. Debemos concientizar a los consumidores para separarlos junto con los otros reciclables y no abandonarlos en el ambiente".
Mario Tonelli, gerente técnico de Ecoplas, consideró además que "el sorbete es sumamente importante para prevenir enfermedades y es de vital importancia para personas con discapacidades, por ejemplo".