Enfrentando al público en el búnker que Cambiemos instaló en Costa Salguero luego de enterarse de su arrolladora victoria en la ciudad de Buenos Aires, Elisa Carrió pensó en sus hijos.
Carrió le dedicó su victoria a sus tres hijos.
"Después de muchos años de lucha quiero entregarles esto. Muchas veces no entendieron el sentido, el dolor y las traiciones", declaró. "A lo largo de estos años, mis hijos han sufrido que les toque la madre loca que les tocó y les quiero dedicar esto".
Así, la diputada se dirigió a Enrique, Victoria e Ignacio, nacidos de dos relaciones diferentes. El mayor llegó cuando Carrió tenía sólo 16 años y es fruto de su matrimonio con Enrique Santos. Los dos menores, mientras tanto, son hijos de Miguel Benítez, con quien se casó ya pasados los 30.
Poco se sabe de la vida de los tres, que siempre eligieron la discreción en contraposición con la explosiva personalidad pública de su madre.
"No soy el estereotipo de madre"
Enrique, de 43 años, vive en México y está casado. Victoria, de 26, estudió cine y fotografía, y hasta hace poco compartía hogar con Carrió en Barrio Norte. Ignacio, el menor, tiene 23 y vive en Resistencia (Chaco) junto a su padre.
Carrió el día de su boda con Enrique Santos.
"No soy el estereotipo de madre que hubieran querido tener, porque no pude estar con ellos de manera permanente, pero nos amamos profundamente", reflexionó la diputada en una entrevista con la revista Para Ti hace unos años.
Ignacio, el hijo menor de Carrió.
Allí, Carrió confesó que a sus hijos "no les gusta la exposición" y que Enrique en particular "sufrió mucho que yo viviera tan expuesta, no puede entender que haya tenido tanto éxito y sea pobre".
Victoria es la más cercana a su madre.
De hecho, la única que tiene su Facebook en modo semi-público es Victoria, quien muestra cotidianamente su pasión por la fotografía y el amor por sus dos gatos, Frida y Fellini.
Victoria Benítez estudió fotografía y cine.
Entre las imágenes que pueden verse en su cuenta, hay varias de la chacra que Carrió tiene en Capilla del Señor, donde madre e hija comparten fines de semana de relax.