14 Agosto de 2020 15:55
Leonardo Fernández se convirtió en noticia, no solo por su honrada acción, sino también por la escasa recompensa que recibió.. El correntino, que trabaja cobrando en el estacionamiento medido en el centro de la capital de la provincia, encontró un cheque valuado en dos millones de pesos. Pero lejos de interesarse en esa inmensa suma, buscó a su dueño por cielo y tierra para devolverlo.
Sin embargo, cuando lo encontró, el dueño del dinero -en retribución por su buen accionar- le dio tan solo 300 pesos. Fernández trabaja en la calle San Juan en la capital correntina.
El miércoles, encontró un cheque tirado en la cuneta de la calle San Juan casi San Martín. “Yo vivo en el barrio Santa Catalina, allá tengo mi terreno y mi casita. Fui hasta el barrio San Antonio donde vive mi mamá para usar su guía telefónica”, contó Leonardo.
En diálogo con El Litoral, el correntino explicó que la guía era para buscar, como se hacía en las viejas épocas, el nombre y el número de la persona que había extraviado el cheque: “Ni bien me atendió escuché ruido de papeles, se puso a revolver sus cosas, se ve que no tenía idea de que lo había perdido. Llegó en una camioneta grande, modelo 2020, y me dio 300 pesos de recompensa".
Según contó Fernández, si bien realizó esta acción de forma desinteresada, le explicó al dueño del cheque que no quería el dinero y que se conformaba por algo de mercadería para su hijo. "Yo le pedí que me comprara mercadería para mi hijo, pan, harina, leche. Le dije que no quería el efectivo, pero sí que me ayudara con algo de mayor valor”, relató Leonardo, aclarando que el dueño del cheque le aseguró que era todo lo que tenía y se fue.
Cabe destacar que Fernández gana, por su trabajo, ocho pesos por auto, por lo esperaba una contribución más generosa por su accionar. “Le pedí al señor que me ayude por evitarle un inconveniente. Siempre estoy atento en la calle, para cuidar los autos y que no les pase nada”, manifestó.
Esta no es la primera gran acción que hace Fernández: esta semana encontró un medidor de glucosa para diabetes y lo guardó en su mochila.
El mismo fue devuelto horas más tarde a una señora mayor que apareció buscando algo por la calle. “La señora estaba muy agradecida, publicó una foto conmigo en Facebook. Dios sabe que soy una buena persona y me lo va a retribuir”, concluyó el correntino.