El estado de alarma decretado en España a causa de a pandemia por coronavirus determinó la prohibición de celebrar velatorios y la indicación de que sólo tres personas puedan asistir a los entierros, los cuales deben durar sólo 10 minutos. 

En ese marco, el director de cementerios de la empresa pública Servicios Funerarios de Madrid, Rafael Mendoza, le relató al diario El País que han decidido implementar programas de apoyo emocional a los familiares para la gestión del duelo con psicólogos, y están trabajando en la opción de posibilitar despedidas por streaming. 

Además, algunas iglesias han decidido transmitir misas en memoria de los fallecidos a través de YouTube para que los familiares puedan verlas en directo y rezar juntos. 

Paralelamente, en la web Verne del mismo diario, expertos recomiendan que los deudos se reúnan a través de videollamada para dialogar sobre la pérdida e intercambiar recuerdos del fallecido.

"La pantalla no le quita el efecto de ritual. Somos seres humanos que necesitamos espacios emocionales donde podamos poner a nuestro ser querido en medio de los que lo aman. El luto es poder llorar en sociedad, y si eso se hace a través de una videoconferencia, funciona igual”, explica el psicólogo Roberto Álvarez.

En ese sentido, la empresa municipal de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid lanzó un programa para que los que han perdido a un ser querido puedan armar un homenaje a través de videoconferencia.

El servicio, que es gratuito, permite optar entre una ceremonia religiosa o una laica, acompañarla de fotografías, canciones, videos o audios, sumar a distintos miembros de la familia o amigos para que ofrezcan unas palabras.

Además, pusieron a disposición un grupo de más de 100 psicólogos voluntarios para apoyar a los deudos. 

Protocolos de manejo de cuerpos

Las funerarias también deben estar obligadas a cumplir con protocolos. Así, los cadáveres de los fallecidos a causa del coronavrus debe ser transferidos lo antes posible al depósito luego de la muerte.

Los allegados más próximos y cercanos pueden despedirse antes de que el cuerpo sea trasladado pero sin establecer contacto físico ni tocar superficies o enseres personales presentes en la habitación. Antes, deben colocarse bata desechable, guantes y mascarilla.

El cadáver luego se introduce en una bolsa sanitaria estanca biodegradable dentro de la propia habitación de aislamiento. Una vez cerrada, se pulveriza con desinfectante. El personal que realiza esta operación debe usar trajes protectores. 

Además, se desaconseja realizar autopsia, y se prohibe lavar, vestir o maquillar al muerto.