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Escuelas cerradas, cuarentena estricta y vacunas: la fórmula de Israel para vencer al coronavirus

Con varios errores de por medio y algunas marchas atrás, el país logró superar la segunda ola y casi logra la normalidad absoluta. Aún así los científicos miran con cuidado las vuelta a las clases presenciales.  

por Matias Ayrala

20 Abril de 2021 17:51
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En Israel ya no es obligatorio usar el tapabocas en los lugares públicos. La noticia recorrió el mundo en las últimas horas. Esa medida es un nuevo alivio en las restricciones que había impuesto el Gobierno en el medio durante la pandemia de coronavirus. 

La pregunta es: ¿cómo logró Israel acercarse a la normalidad absoluta? Lo hizo con un menú que incluyó restricciones al máximo, un trabajo en conjunto entre todos los distritos y la campaña de inoculación más importante de su historia. 

El camino al éxito no fue fácil. Durante 2020, Israel tuvo varios errores tras la apertura de distintos sectores comerciales, industriales y sociales. Pero lo pagaron caro. Los contagios se multiplicaron y aumentaron drásticamente. Su Ministerio de Salud dio a conocer que desde el inicio de la pandemia sufrieron más de 850 mil casos de coronavirus y más de 6 mil muertes.

En mayo de 2020, las autoridades habían decido volver a las clases presenciales. A pesar de los estrictos protocolos, los casos estallaron en diversas colegios. En pocas semanas, más de 240 escuelas fueron cerradas y más de 22 mil maestros y estudiantes debieron ser aislados. Para finales de junio, casi mil chicos y maestros habían sido contagiados. 

Era la primera lección que aprenderían las autoridades sanitarias de Israel. Tras el cierre de escuelas, llegó el cierre de comercios no esenciales, al tiempo que las actividades sociales llegaron a su fin por un largo tiempo. En las calles, la seguridad para cumplir con los protocolos se triplicó.

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Para ese momento, la segunda ola llegaba a Israel. Pero ya habían aprendido la primera lección. Aunque no por completo. En noviembre volvieron a abrir las escuelas para que los alumnos de todos los niveles tuvieran clases presenciales. Al mes, los casos se habían triplicado. El cierre fue una obligación. Otra vez hubo cierres de escuelas y comercios no esenciales.

Cuarentena total. Pero, para ese momento, el Gobierno de Benjamín Netanyahu contaba con una nueva herramienta: las vacunas. Mientras la población se mantenía en aislamiento social, Israel dio a inicio a la campaña de vacunación más grande de su historia. 

En poco menos de dos meses, logró su primer objetivo. Los contagios bajaron de manera exponencial. Para principios de abril, más del 65% de sus nueve millones de habitantes ha recibido las vacunas contra el coronavirus de Pfizer/BioNTech. Hubo una reducción en la curva de contagios en sólo cuatro meses del 97%. 

Por ese motivo, Nachman Ash, el coordinador nacional contra la pandemia, dijo hoy a la radio pública de Israel que se levantaba la obligatoriedad de usar barbijos en los lugares públicos. También dio a conocer que desde mayo recibirán a turistas que hayan sido vacunados con tra el COVID-19.

Además, por tercera vez, se reiniciaron las clases presenciales para los alumnos de todos los ciclos. Pero el coordinador nacional advirtió que es "un riesgo calculado". ¿Las razones? Las niñas y los niños no fueron vacunados y pueden seguir transmitiendo el virus. 

En ese sentido, el Ministerio de Salud de Israel había explicado en un comunicado que “después de que hayan transcurrido dos semanas con estabilidad en la tasa de infección y con el 95 por ciento del país 'verde', incluyendo las bajas tasas de enfermedad entre los niños, la apertura del sistema escolar más ampliamente puede avanzar, con pruebas extensas donde se detecta un aumento de la infección”.

Aunque las autoridades sanitarias creen que el país ya alcanzó la inmunidad de rebaño por la alta cantidad de vacunas aplicadas y porque muchos habitantes ya tuvieron el virus, varios científicos advirtieron que hay que realizar un seguimiento sobre los estudiantes y niños. 

En ese sentido, la doctora Gili Regev-Yochay, investigadora del Centro Médico Sheba, explicó: “Aunque Israel está retornando en muchos sentidos a la normalidad, no se puede hablar de seguridad absoluta. Los niños aún son el punto débil, ya que no están vacunados y faltarán aún unos meses hasta que se los pueda vacunar”.

En ese sentido, el periodista Gabriel Ben Tasgal, que vive en Israel, contó sobre la apertura de las escuelas, en una nota:  "Me voy a meter en un problema interno argentino, lo sé perfectamente pero prefiero ser sincero. Cada vez que en Israel se abrieron las escuelas, aumentaron los contagios de forma radical".

Y completó, sobre la decisión del Gobierno israelí: "A la tercera vez decidieron definitivamente no abrir el colegio. Abrían los shopping, negocios y centros comerciales, sin embargo las escuelas permanecían cerradas por decisión del gobierno. Decían que los chicos no están vacunados, por lo tanto no podemos exponerlos a ellos, ni a los que no están vacunados". 

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Con ese panorama, Argentina tiene un ejemplo para seguir. El gobierno de Alberto Fernández recibe millones de vacunas y podrá continuar con su enorme campaña de inoculación. Pero quedan tres problemas por delante. La segunda ola de coronavirus, la llegada del frío y los embates políticos de la oposición, con el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta a la cabeza, para que las clases presenciales continúen en la Ciudad de Buenos Aires. La evidencia científica demuestra que una cuarentena, una pausa en las clases presenciales y las vacunas son las mejor opción para superar la pandemia de coronavirus.  
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