El primer ministro británico Boris Johnson, infectado de coronavirus, fue ingresado a cuidados intensivos el lunes luego de que su estado de salud empeorara.

Según la información oficial, la medida fue tomada por precaución y no necesita aún asistencia respiratoria mecánica. 

El dirigente había sido internado el domingo a la noche en el hospital St Thomas de Londres cuando sus síntomas empeoraron. Hasta ese entonces, permanecía aislado en su hogar desde el 27 de marzo luego de que se le detectara el virus. 

"En el curso de la tarde, la condición del primer ministro se ha agravado y, por consejo de su equipo médico, ha sido trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital", señala el comunicado oficial del gobierno. 

El texto agrega que Johnson está recibiendo "excelentes cuidados" y agradece a todo el staff del NHS (Servicio de Salud Nacional británico) "por su trabajo duro y dedicación".

Además, señala que las funciones del primer ministro serán cumplidas, si es necesario, por el Secretario de Asuntos Exteriores Dominic Raab. 

Por la mañana del lunes, otro miembro de su gabinete había asegurado que el primer ministro estaba bajo asistencia respiratoria. "Está en el hospital para ser sometido a exámenes, pero continuará siendo informado de lo que pasa y estando al mando del Gobierno", precisó Robert Jenrick, ministro de Vivienda y Comunidades, en diálogo con la radio estatal BBC.

Una estrategia que se volvió en su contra

Vale recordar que hasta el 20 de marzo, Johnson se negó a ordenar el cierre de establecimientos educativos y de recreación, temiendo las posibles consecuencias económicas.

En su lugar, expresó públicamente que la mejor estrategia era permitir el contagio para que la población desarrollara "inmunidad de rebaño".

Sin embargo, tuvo que cambiar rápidamente de estrategia, anunciando una cuarentena para todo el país, cuando el ritmo de diseminación de coronavirus en el Reino Unido superó el de Italia.

Las cifras más recientes arrojan un total de 51.608 contagiados, con 5.373 muertos,a un ritmo de unos 500 fallecimientos diarios.