23 Julio de 2019 09:52
En la primera audiencia del juicio que investiga la muerte de la periodista y legisladora porteña Débora Pérez Volpin los médicos que realizaron la autopsia del cuerpo complicaron al endoscopista, Diego Bialolenkier, procesado junto a la anestesióloga Nélida Inés Puente por homicidio culposo. El informe final reveló que fue una “muerte violenta” y que se desató en menos de cinco minutos.
Los responsables de la autopsia leyeron el informe durante la primera audiencia del juicio por la muerte de Pérez Volpin: descartaron que hubiera una enfermedad preexistente que pudiera haber puesto en riesgo la vida de la legisladora porteña y aseguraron que las lesiones en el esófago fueron causadas “producto de una maniobra instrumental”. Además, revelaron que el endoscopio utilizado en el sanatorio La Trinidad largaba más presión de la que debía (de 40 a 60 mililitros por minuto es lo normal, y emitía 2,2 litros por minuto, según los ingenieros).
La primera audiencia dejó mejor parada a la anestesióloga que al endoscopista, ya que según los responsables de la autopsia, Puente actuó bien en las maniobras de reanimación, aunque destacaron que “siempre se pudo hacer más”. De acuerdo con el informe de los forenses, Pérez Volpin sufrió una perforación instrumental del esófago e ingresó “gas de manera abrupta, que debilitó la pared y la rompió”. De todos modos, aclararon que no lograron determinar si el gas era aire u oxígeno, aunque señalaron que recibió 4 litros de ese gas en breves instantes.
La muerte de Débora ocurrió el 6 de febrero de 2018 y el procedimiento que acabó con su vida se extendió apenas cinco minutos, según los peritos: la endoscopía comenzó a las 17:20 y a las 17:25 se interrumpió. “En ese breve tiempo se produjo el efecto catástrofe”, aseguraron en la lectura del informe ante el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 8, a cargo de Javier Anzoátegui.
La defensa de la anestesista, a cargo del ex juez Eduardo Gerome, consultó a los peritos cómo analizaban el accionar de su clienta y uno de los forenses respondió que el proceder fue el apropiado, aunque agregó: “Posibilidades de hacer toras cosas también hubo. Siempre se puede hacer más”.
“DÉBORA NUNCA SALIÓ DEL PARO”
En su primera declaración, Puente le apuntó sin dudar a Bialolenkier. Dijo que en sus 35 años como anestesista ningún paciente sufrió una perforación del esófago y describió que no logró recuperar la vía aérea de la paciente a pesar de que lo intentó en varias ocasiones.
Pero lo más llamativo fue el relato del momento dramático en el que Puente detectó la situación anormal durante la intervención. Inclusive, contó que pudo cruzar unas palabras con la periodista, que hacía meses había asumido su banca como legisladora porteña: “Tuvimos una charla empática, ella sonreía, estaba tranquila, era un amor”.
Puente le puso un dedal al pulsioxímetro y le pidió que se pusiera de costado para ponerle la anestesia, y luego autorizó al endoscopista para comenzar el estudio, con la luz apagada. Luego, contó que la situación se complicó cuando a Pérez Volpin se le salió el dedal y cuando se acercó para acomodarlo notó que “estaba hinchada como un tonel”. “Le grité a Diego y le pedí que sacara el endoscopio de inmediato”. Cuando encendieron la luz, notaron que el cuerpo estaba hinchado. “Crepitaba la zona de la mandíbula, tenía aire en los tejidos y los labios se empezar a poner cianóticos”, relató.
La crisis ya era dramática. Puente dijo que intentó hacer una laringoscopia para ventilar a la paciente, pero la boca estaba llena de sangre. “La lengua, las amígdalas, estaba todo completamente desfigurado, no podía ver nada, por lo que aborté la maniobra de intubación”, detalló. En ese momento ya había una cardióloga y un equipo de terapistas que fueron llamados de urgencia. En ese momento lograron recuperar el nivel de oxígeno en sangre, aunque según la anestesista, “nunca salió del paro”.
“Hoy puedo decir que entró por la perforación esofágica”, dijo. Y luego apuntó a Bialolenkier, al señalar que quien insufla aire es el endoscopista. “Lo único que había ingresado a la vía digestiva era el endoscopio”, remarcó.