“Es doloroso para nosotros que nos digan que no hay nada, pero prefiero eso a que nos mientan”, se sincera María Victoria Morales, madre de Luis García, uno de los 44 tripulantes del submarino desaparecido el miércoles 15, que mantiene en vilo a todo el país.
Los familiares y la agonía de la espera.
“No obtuvimos resultados concretos, las operaciones continuarán en el día de hoy”, lanzó el jefe del comando del Área Naval Atlántica contraalmirante, Gabriel González, al comunicarles que la señal sonora y la mancha calórica, de la cual se supo en la últimas horas del martes, no pertenecían al ARA San Juan. Así se desvaneció, lo que era hasta ahora la mayor esperanza de la Armada para poder dar con el buque. Con esa verdad en la mano, el caos se adueñó de la situación.
Stein, el psiquiatra y red de contención de los familiares.
Enrique Stein, psiquiatra a cargo de la contención de los familiares, entró en acción. Varios de ellos debieron ser atendidos, de acuerdo con el protocolo que el profesional viene aplicando desde hace más de cinco días: los aleja del grupo, los lleva a un cuarto, les pide calma y les garantiza que las autoridades están haciendo todo lo necesario para traer al familiar de vuelta. “A veces resulta y a veces no, algunos familiares se encuentran en estado crítico”, le dijo a BigBang en un breve diálogo telefónico.
Eleonora Suárez, hermana del tripulante Germán Suárez, llegó hoy desde Santa Fe a la base naval. En el primer contacto, las autoridades le manifestaron que “no encuentran nada”. “La gente está molesta, tenemos que esperar. Eso es lo único que nos dijeron. La Armada tiene que informar más”, dijo sumándose a la reacción compartida.
Eleonora, hermana de Germán se mostró molesta con la poca información.
Casi en paralelo, Itatí Leguizamón aparece en escena. Es la esposa de Suárez, el radarista: “Germán es una persona buenísima, que no tenía temor a su trabajo. Lo estamos esperando, sabemos que van a regresar”, aventuró esperanzada.
Itatí, la esposa del radarista se mostró esperanzada.
El ánimo de los familiares contrasta con la cruda realidad de los informes de la fuerza naval. Enrique Balbi, vocero de la Armada, se encargó en de sepultar esa esperanza: “Nos encontramos en una fase crítica”. A lo que se refiere es a la presencia de dióxido de carbono dentro del submarino y a la imposibilidad de respirar con normalidad de los tripulantes.
La información que reciben los familiares es casi idéntica a la que se le transmite al Presidente. Las aeronaves rastrillaron el 100% del área de búsqueda y no existen certezas sobre la ubicación del submarino. Esa la conclusión más cruda.
La esposa de Ibañez a la espera de novedades.
En silencio, casi inadvertida, Elena, hermana de Cristian Ibáñez, arribó a la base. Lo hizo pasadas las 9.30 y fue la primera en expresar su enojo contra la Armada y el operativo de búsqueda del submarino. “¿Por qué no lo empezaron a buscar por abajo? No los dejen morir, hagan bien su trabajo”, reclamó.
Elena y su pedido desesperado de "que no los dejen morir".
También Claudio Rodríguez, el hermano del jefe de máquinas de la embarcación, cuestionó la circulación de diferentes versiones sobre la detección de sonidos, que trascendió días atrás. “Nos extraña de sobremanera que no lo estén ubicando. Es imposible que a esta altura no sepan dónde están”.
Tras las últimas noticias que dan cuenta de que la Armada ahora se concentra en investigar una "anomalía hidroacústica", es decir un ruido extraño producido hace una semana en la última posición detectada del submarino, los familiares decidieron consolarse entre ellos. "Estamos destrozados", dijo una de las mujeres a BigBang.
El cansancio va ganando terreno y por estas horas, en la base naval los sentimientos de esperanza y tristeza se entremezclan. Los familiares saben que la búsqueda por ahora es indefinida, al igual que su estadía en Mar del Plata. Lo cierto es que nada más importa que encontrar a esos 44 tripulantes que conmueven al país.