27 Febrero de 2019 11:55
Hay que advertirle a las niñas que no se suban a autos que no conozcan, que no hablen con extraños y que no se acerquen a un sorete; porque en vez de ver a una niña, ellos ven un útero perfectamente gestable y aceptadamente viable. Lo creen propiedad universal, como si ese útero le perteneciera a la comunidad. Como si fuera patrimonio de la humanidad. Se adornan en frases como "esa vida no te pertenece, no es tu cuerpo". Pues nuestros cuerpos no son tuyos.
El embarazo es un estado que vive una mujer gestante, ese proceso es nuestro: no es de un feto. La maternidad es nuestra, no es tuya, no es del feto. La maternidad no es un bien público. Y el constante capricho por el cumplimiento de maternidades ajenas (a expensas de violaciones de menores) es la toxicidad de nuestra cultura.
La maternidad es nuestra, no es tuya, no es del feto"
Todavía seguimos debatiendo el concepto de vida y reproducción. Incluso desde la biología, la definición de vida incluye "metabolismo y reproducción"; para ese caso, una neurona madura no estaría viva porque no puede hacer mitosis, de manera tal que podríamos evolucionar y definir el concepto de vida a linajes celulares y no células.
Las definiciones que hacemos nosotros mismos sobre nuestro entorno, los dogmas; se rompen y reconstruyen todo el tiempo, por suerte. Gracias al dinamismo de la cultura, el aprendizaje, los avances de la tecnología, descubrimientos, evoluciones. Así, mientras desde una vereda se revisan conceptos desde un punto de vista crítico, desde la otra hay señores de 50 años escribiendo poemas con delirio fetal. Se disfrazan de médicos para entrar a los hospitales, están en contra de la educación sexual en las escuelas. Mezclan conceptos eclesiásticos con biológicos, confunden cuáles son las tareas en salud pública. Creen que si te violan, no te opusiste lo sudiciente. Celebran las violaciones con cada parto obligado.
Mientras desde una vereda se revisan conceptos desde un punto de vista crítico, desde la otra hay señores de 50 años escribiendo poemas con delirio fetal"
Acostumbrados y criados bajo la idea del sometimiento religioso, la mayoría de ellos cree que el mundo se maneja como lo hace su microatmósfera. Nosotras no obligamos a nadie a abortar, jamás. Celebramos la maternidad deseada. La campaña bien dice: "Por el derecho a decidir".
Ellos hablan de "salvar las dos vidas". Buscan la paridad obligada con su conducta. Hablan de inocentes bebés, cuando frente a ellos tienen a una niña de 11 años violada. Ese desprecio por las niñes, por la mujer, es un lema. Jamás vi en sus íconos o en sus marchas la imagen de una mujer. Sólo veo maquetas de fetos dignas de una muestra de fin de plástica de segundo grado escolar. Tortas de "salvemos las dos vidas" que sólo tienen fetos. Bandas negras de duelo en sus redes sociales... que sólo tienen fetos.
Hablan de inocentes bebés, cuando frente a ellos tienen a una niña de 11 años violada"
Los "fetófilos" mercenarios hacen la fiesta de graduación y culminación de la violación de una menor con cada parto. La violación no es sólo el acto sexual, la violación es todo el proceso de la penetración, la denuncia, las explicaciones, la culpa; el asco por el cuerpo propio, el útero robado, el seguimiento, el pedido de aborto legal y terapéutico en muchos casos; la negativa, el rechazo de los políticos, los provida afuera del hospital festejando con banderas argentinas como si Messi hubiera metido un gol. El parto, la cesárea, la eterna cicatriz (una más del montón), el recuerdo, la marca; todo lo que no fue, el estigma. Todo eso es parte del proceso de la violación: del cuerpo, de la niñez y sus derechos.
No sólo hacen madres a las niñas, sino que hacen padre a un violador"
El cuerpo de una mujer ya está devaluado (red de trata, violaciones, abusos, acoso). Una vez violado y gestando se devalúa más cada vez que la decisión sobre su cuerpo la toman 3 ó 4 inoperantes que creen que las palomas embarazan vírgenes y que tal vez ella lo provocó; que la maternidad es el medio y el fin más preciado de una mujer.
Una vez violado y gestando se devalúa más cada vez que la decisión sobre su cuerpo la toman 3 ó 4 inoperantes que creen que las palomas embarazan vírgenes"
Otra fiesta de la violación cumplida. Otra vez la flatulencia machista, patriarcal y celeste celebrando y aplaudiendo la virilidad y fertilidad del violador. Festejando que el violador pudo concretar la religiosa finalidad de perpetuar la especie, sin permitir en nuestras individualidades la decisión de qué hacer con nuestros cuerpos violados.
*Sol Ferreyra docente en Facultad de Medicina, UBA. Difunde Educación Sexual Integral y habla sobre otros temas en Instagram y en Twitter