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Estimados Firpo, Clarín y el que venga: no es periodismo, es adoctrinamiento machista y ya "no pasa" como si nada

La entrevista al director Sebastián Tabany con la que se revictimizó a Thelma Fardín y a todas las personas que buscan silenciar.

por Manuela Fernandez Mendy

24 Septiembre de 2020 14:32
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No es fácil denunciar un abuso sexual. Lo viví en carne propia; no me la tuvo, ni me la tiene que contar o explicar nadie. El adoctrinamiento machista no discrimina, ni tiene al hombre como único vector entre las campañas de desprestigio a las que te someten cuando hablás y el estigma posterior con el que buscan reducirte, minimizarte y condenarte. No es sólo un mensaje para vos, es un mensaje para todxs: mejor no hablar, mejor no denunciar, mejor callar.

En las últimas horas, Thelma Fardin fue atacada una vez más. A esta altura del partido, asumiendo la dialéctica con la que opera el patriarcado en todos sus niveles y expresiones, uno esperaría ya cierto grado de sofisticación discursiva. Pero no. La entrevista al director de cine Sebastián Tabany publicada por el diario Clarín podría decirse que cumple con todos los requisitos más rudimentarios de la artillería machista y homofóbica.

Arranquemos por el título elegido: “Thelma Fardin volvió al cine haciendo de lesbiana”. No, no es chiste; ni un error de quien escribe esta nota. Aunque se trataba de una entrevista a Tabany por la película Giro de Ases, el foco se puso en la actriz (porque su nombre en el titular genera más lecturas) y en la orientación sexual de su personaje, como si eso fuera una noticia en sí o materia de sorpresa. ¿Acaso la diversidad de género es una novedad? ¿Acaso alguna vez hubieran titulado: 'Thelma Fardin volvió al cine haciendo de heterosexual?'.

El nombre de la actriz aparece en la segunda oración de la nota, mientras que el protagonista de la misma es citado recién en la quinta. Evidencia más que contundente de que el interés real del artículo no era el debut de Tabany como director cinematográfico, sino el ataque a Fardin, quien en diciembre del 2018 se convirtió en uno de los rostros más visibles de la lucha contra el silenciamiento sistemático a quienes denuncian situaciones de violencia o abuso sexual.

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Prueba también del interés de fondo del artículo es que la primera cita al entrevistado aparece de forma intempestiva al comienzo del texto. Casi como una trompada gráfica, un exquisito preámbulo que prepara al lector para sumergirse en la laguna machista que el periodista Hernán Firpo intentó disfrazar -no sin demasiado esfuerzo intelectual- de nota periodística.

Para quien no leyó la entrevista original -que no fue incluida en la versión papel del diario-, estamos hablando de una respuesta a una pregunta tácita que el autor de la nota no se animó a escribir o fue editada al momento de su publicación. “Sí, yo sabía a quién estaba contratando”. La afirmación permite asumir que hubo una pregunta previa. Al menos, jamás me crucé con alguien que en su sano juicio se respondiera a sí mismo en un reportaje preguntas que nadie le hizo. ¿Qué le preguntó Firpo? ¿Qué adjetivos utilizó a la hora de referirse a Thelma? ¿Su foco estuvo puesto en la trayectoria como actriz de Fardin o en su denuncia por abuso sexual contra Darthés?

De la película se habla poco y nada en la nota. Lo único que sabemos gracias a Firpo es que se trata de una “comedia romántica con toques fantásticos”. Porque, claro, lo que vende no es el filme; sino Thelma. La misión no es promover el arte, sino adoctrinar al que denuncia y amedrentar al que piensa hacerlo. Si no, no se explica por qué sólo se mencionan los nombres de los protagonistas, pero desde el primer párrafo de lo único de lo que se habla es de Fardin.

“Thelma hace de una maga lesbiana, componiendo, probablemente, el mejor personaje de Giro de Ases”. Bien. Entonces el sobreestimado interés por Fardin en la entrevista al director tiene que ver con su nivel actoral. Pero no. Firpo lo dejó muy en claro en el segundo párrafo. No vaya a ser cosa que alguien interprete lo contrario. “Ponemos el foco acá”, indica el periodista utilizando un falso plural; porque fue él quien eligió en dónde poner el foco.

“¿Hace de gay para, de alguna manera, tomar distancia de cualquier actor masculino? ¿El director pensó en ella y escribió ese personaje a propósito? Son preguntas que aparecen mientras estás mirando la peli. Cosas que no podés dejar de pensar al margen de que la corrección política nos empuje hacia la (auto) censura”. Bien, vamos de a poco. Interpretar a un personaje homosexual no te ampara, ni resguarda de sufrir un abuso en el set de grabación. Bajo esa lógica de pensamiento, interpretar a un personaje heterosexual implicaría una aceptación tácita a “exponerse” a un abuso.

Firpo vuelve a utilizar el plural para atribuirle a un ente inexistente las preguntas que él se hizo al ver el filme. El famoso: “La gente pregunta, la gente quiere saber, la gente está cansada”. Gente, gente, gente. No. No son preguntas “que aparecen al ver el filme”, en tal caso son las preguntas que el periodista se hizo, pese a la “corrección política” y a la “auto censura” que, dicho sea de paso, no se asomó en ningún párrafo de la nota. Y aquí una aclaración: nadie promueve ni pide censura, sólo ejercer con responsabilidad nuestro trabajo como comunicadores.

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La nota sigue su curso, todavía sin ninguna alusión al entrevistado. El periodista elogió el trabajo de Fardin como “un hallazgo, al menos para los que nos perdimos Patito Feo y sólo supimos de Thelma a través de su fuerte denuncia contra un colega”. Bien, por fuera de la trayectoria actoral en cuestión, ¿por qué eligió gastar tantos caracteres en 'las preguntas que despierta la película' y no en ponerle nombre y apellido al denunciado? No fue una “denuncia fuerte”, fue una denuncia por violación. Y si bien fue un colega de Fardin, quien debe enfrentar un proceso penal es Juan Darthés, cuya posición de poder y diferencia de edad no nivelaba, ni nivela al día de hoy la cancha en materia judicial, ni social.

La nota prosigue ya con un mano a mano con el director. Un total de 19 preguntas, de las cuales 17 giraron en torno a Thelma y la denuncia contra Darthés; al que recién se lo menciona sobre el final del artículo. “¿Vos plantéas su personaje de lesbiana atendiendo una presunta incomodidad de la actriz?”, indagó el periodista, partiendo de la base de que Fardin no puede trabajar con hombres.

Ante la negativa del director, quien se encargó de aclarar que no había adaptado el guión, Firpo redobló la apuesta: “¿Puso condiciones? ¿Fue a grabar con algún contrato o algo que dijera: 'No doy ni un pico'?”. La respuesta volvió a ser negativa. El periodista seguía sin ningún titular amarillo y, en su derrotero profesional, continuaba revictimizando a la actriz.

“¿Vos le proponés el personaje y Thelma entiende que hay algún guiño implícito?”, resiste Firpo. ¿Guiño a qué? ¿Denunció una violación y por eso no puede volver a trabajar, ni interactuar con hombres al punto que sólo puede aspirar a papeles lésbicos o de nula interacción sexual? “Si viste la peli, te das cuenta de que los actores se bardean en los gustos sexuales y que son un grupo de amigos sin prejuicios y con suficiente confianza como para joder con eso. Eso está asumido”, resistió el director.

No la juzgué como nada, sólo la contraté como actriz"

No conforme con la respuesta, Firpo preguntó si era la primera vez que Fardin trabajaba después de la denuncia a Darthés (de nuevo escondió el término violación, aunque haya una causa penal en curso). El director asintió y reconoció que Thelma le regaló un libro y le agradeció por volverla a conectar con el arte. “Quedarás en la historia”, acotó el periodista, aunque no se entiende bien el motivo que lo llevó a hacer semejante afirmación. “Se agradece, pero no la juzgué como nada, sólo la contraté como actriz”, respondió con altura el director.

Tabany esquivó una y otra vez los guiños machistas disfrazados de preguntas. “Eras consciente de que dirigías a una persona que podía llegarte a provocar la misma presión que Marlon Brando”, disparó ya sin demasiadas vueltas el periodista, reforzando así el concepto machista que sostiene que la mujer que denuncia es, cuanto menos, “polémica” o “conflictiva”. “Si elijo a Thelma es porque pegamos onda, porque es buena actriz y porque yo estoy de acuerdo con su militancia”. Re truco por aquí.

Cansado tal vez de enfrentarse siempre con la misma pared, Firpo cambió de protagonista y su inconsciente le jugó una mala pasada. “¿Contratarías a Juan Darthés, mientras no se demuestre que es culpable?”. La pregunta esconde en su construcción la afirmación de que el actor es culpable del delito de violación, algo que sigue siendo materia de investigación judicial. “No (lo contrataría), porque los testimonios de Thelma, Calu Rivero y de otras actrices hablan de una personalidad con la que no me interesaría trabajar”, respondió el director.

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“¿No le preguntaste nada de Darthés?”, fue la siguiente pregunta, a la que le siguieron observaciones sobre la belleza física de la actriz. Luego de no obtener ningún titular jugoso, Firpo fue por el resto del elenco. ¿Su interés? Saber si se habían sentido condicionados y obligados a mostrar un “cuidado excesivo” para con Thelma. De nuevo: la mujer que denuncia como un disparador de temor a tener en cuenta a la hora de decidir su contratación.

El autor de la nota se llamó a silencio, pese al público repudio de Fardín. La nota sigue online, aunque no llegó al “papel” por la presión que ejerció la editora de género del diario. El título se modificó con el correr de la mañana. Pero el cuerpo, la sustancia, la toxicidad de lo escrito sigue ahí. Un ejemplo más de adoctrinamiento machista, de aquellos que bien supieron rotular como “una fanática de los boliches” a Melina Romero, la joven de 17 años que fue asesinada y cuyo cuerpo fue encontrado un mes después en un predio cercano al Ceamse de José León Suárez.

La mujer violada. La mujer rota. La mujer conflictiva. Los ya oxidados rótulos con los que se pretende combatir a la mujer que rompe con el modelo, se quita el título de víctima para convertirse en denunciante y a la que hay que revictimizar cada vez que levanta la cabeza, no sea cosa que otras se contagien y sigan su ejemplo.

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