21 Febrero de 2017 20:59
El trágico episodio del colectivo de larga distancia de TurBus, en Mendoza dejó un saldo de 19 personas muertas y 22 heridos, algunos de ellos de suma gravedad, entre los que se destacan niños pequeños. Pero este escalofriante número de víctimas podría haber sido mayor sin la labor de un neurólogo mendocino.
Mario Salassa, uno de los héroes del siniestro.
Mario Salassa, especialista en neurología cerebro-vascular, rompió el silencio y contó detalles de aquella fatídica madrugada del sábado. "Veníamos a 80 kilómetros por hora. En ese momento, nos empezaron a pasar los ómnibus y no uno solo, sino muchos. Todos venían entre 120 y 140 kilómetros por hora", recordó el médico en diálogo con MDZ.
Los heridos fueron trasladados a diferentes hospitales de Mendoza. Foto: Agencia Mendoza.
Por casualidades del destino, Salassa se encontraba dirigiéndose a Las Cuevas, junto a su mujer y dos hijas, con el objetivo de llegar a ver la carrera pedestre del Aconcagua en la que iba a participar un primo suyo. En medio del trayecto, antes de llegar a la curva de El Yeso, el neurólogo se topó con la peor de las imágenes.
Así quedó el micro de TurBus.
"Nos encontramos con una polvareda tremenda, luces en posición extraña, balizas por todos lados, porque ya había otros vehículos parados, e intuitivamente nos detuvimos y alumbramos, mi familia se quedó en vehículo y yo me bajé de inmediato”, describió Salassa y agregó: “La prioridad era sacar la gente del micro porque no sabía si podía prenderse fuego”.
La tragedia dejó un saldo de 19 muertos y 22 heridos, algunos de gravedad.
En su relato, el médico aseguró que al ingresar al vehículo notó que “los asientos estaban absolutamente sanos”, por lo que afirmó que “si los pasajeros hubieran llevado los cinturones de seguridad puestos se habrían salvado. Un rescatista le tiene que dar prioridad a la gente que se encuentra mejor y no al más grave, porque de este modo pueden salvar más vidas”, expresó.
Los heridos fueron identificados a lo largo del sábado.
En total, Salassa se convirtió en el salvador de siete personas que resultaron gravemente heridas tras la tragedia en Horcones, entre ellas, los tres niños que fueron derivados al Notti. “Saqué a un hombre, al que luego le tuvieron que amputar el brazo; una mujer, que no se quería ir del micro porque estaba tratando de reanimar a un pariente”, detalló.
Ya afuera del vehículo, el neurólogo se topó con “la escena de un padre, un hombre obeso de unos 40 años, prácticamente desnudo, con un short, rodeado de tres niños, que no tenía ninguna posibilidad de seguir con vida. Por su parte, los niños estaban ensangrentados, llorando y sentaditos”, explicó el especialista.
Por último, Salassa reconoció que desde que se encontró con los pequeños, entendió que los pacientes “más salvables y rescatables” eran ellos. “En total, atendimos a unas siete personas, las que habrían muerto si no hubieran recibido esa atención”, finalizó.