Un estudio llevado a cabo por la empresa HypeAuditor analizó las cuentas de más de mil influencers en busca de actividad sospechosa. El relevamiento incluyó usuarios de diferentes países y se hizo durante el transcurso de un año. Se analizaron aumentos y caídas en el número de seguidores, likes, comentarios y tasa de interacción, entre otros factores.
El reporte resultante muestra que los influencers más importantes, con de 20 mil a más de 1 millón de seguidores, son los que presentan más irregularidades. A nivel global, la mayoría, un 55%, ha comprado seguidores, likes o comentarios falsos para crecer rápido y aparentar popularidad.
El porcentaje de actividad falsa varía en cada caso, pero se encontraron cuentas con hasta un 95% de seguidores falsos. Y uno de cada cuatro tiene más de un 30% de comentarios inauténticos. La muestra utilizada incluyó influencers profesionales, es decir aquellos que reciben un ingreso estable trabajando con agencias de publicidad.
El fenómeno de la compra de popularidad falsa se conoce como “fraude del influencer”, y se debe a la creciente competencia entre influencers por captar inversión publicitaria de marcas importantes. Se prevee que en 2021 este mercado alcanzará los 5.869 millones de dólares, es decir un crecimiento del 15% en relación a 2020.
En el mercado de habla hispana, sitios web controversiales permiten comprar seguidores de Instagram a razón de 100.000 por $590, permitiendo que cualquier usuario se convierta en un usuario influyente en apariencia.
Se estima que las marcas pierden hasta 800 millones de dólares al año publicitando con falsos influencers. Publicistas y anunciantes están desarrollando técnicas para distinguir a los falsos de los reales.