29 Septiembre de 2020 11:08
Cada vez sabemos más sobre la salud odontológica de los bebés. La Odontopediatría avanza como especialidad y nos enseña a todos los profesionales de la salud a mirar en forma integral la salud de la boca: no todo se reduce a los dientes.
Generalmente, el inicio de la erupción dentaria ocurre entre los seis y los ocho meses, aunque hay bebés que la inician antes y otros después. Incluso, hay bebés que nacen con dientes y otros que no tienen ni uno hasta los trece meses.
Cuando los dientes están saliendo, los bebés pueden estar más molestos; aunque no causa fiebre, como se suele decir popularmente. Sí pueden salivar más o llevarse continuamente la mano u otros objetos a la boca.
¿Cómo podemos ayudarlos a pasar este momento?
Paciencia, upa y mimos. Pueden ser momentos molestos, pero pasan pronto. Ofrecer mordillos (siempre de materiales no tóxicos). Ofrecer helados. Si el bebé tiene menos de 6 meses, podemos ofrecerle heladitos de leche materna o de leche de fórmula. Si ya inició la alimentación complementaria podemos agregar heladitos de fruta caseros. Pasar el dedal de silicona sobre las encías. Esta estimulación sencilla inicia el acostumbramiento al hábito del cepillado y puede aliviar la molestia. Los geles anestésicos tópicos, muy populares y de venta libre, están contraindicados porque pueden causar una patología llamada metahemoglobinemia. Los collares de ámbar también son muy populares hoy en día. Se dice que estos collares están hechos de ámbar, una resina de origen vegetal, que en contacto con la piel liberaría sustancias anestésicas. Esto no tiene sustento científico, y se han reportado casos de asfixia por el uso del collar. No están sugeridos para bebés.¿Qué hacer cuando sale el primer diente?
Un diente sano es parte de una buena salud y tendrá que ver con procesos importantísimos, como el crecimiento de los tejidos del rostro, el habla, la respiración y la alimentación. Es por eso que desde que sale el primer diente hay que cuidarlo con infinito amor.La caries dental se produce cuando la placa bacteriana que se forma en la superficie de los dientes convierte los azúcares libres de alimentos y bebidas en ácidos que lastiman y destruyen los dientes con el tiempo. Cuidar la alimentación es fundamental para cuidar los dientes, además del cepillado con pasta fluorada y el control profesional.
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Antiguamente, se sugería limpiar con gasa y agua. Hoy sabemos que 'diente que se ve, diente que se cepilla'. ¿Con qué? Con un cepillo pequeño, de cerdas suaves, y pasta fluorada; con la cantidad adecuada para cada edad.
¿Pasta? ¡Si, el bebé no sabe escupir! La cantidad de pasta necesaria es la que va a cubrir ese diente, lo protegerá de la caries y no será necesario escupirla. Se sugiere utilizar pastas fluoradas con 1000 a 1100 ppm de flúor (se puede ver en la parte de atrás de los envases) e iniciar el cepillado con una cantidad parecida a medio grano de arroz, esparcida sobre el cepillo. También es importante el uso precoz del hilo dental: una vez que haya dos superficies de dientes juntas, hay que incorporarlo.
Hoy sabemos que 'diente que se ve, diente que se cepilla'. ¿Con qué? Con un cepillo pequeño, de cerdas suaves, y pasta fluorada"
El control con el odontopediatra es una estrategia fundamental para la salud. Se sugiere hacer control con el odontólogo durante el embarazo (hoy sabemos que la microbiota de la boca materna es muy importante en el embarazo y en el nacimiento), un control cuando el bebé es recién nacido (para evaluar la boca y la lengua, posible frenillo y observar dificultades en la lactancia) y luego cuando sale el primer diente. A partir de ese momento, cada seis meses o lo que sugiera el profesional.
¿Para qué tantos controles? Para prevenir. No queremos que los niños y niñas sientan dolor o que tengan que ir al odontólogo para “arreglar” cuestiones prevenibles: queremos que los controles sean amenos y un momento de salud.
Se estima que en todo el mundo, 2300 millones de personas padecen caries en dientes permanentes, y que más de 530 millones de niños sufren de caries en los dientes de leche.
Esto los predispone a enfermedades más graves y a deterioro en su calidad de vida. Tenemos que pensar a la salud odontológica como una parte fundamental de nuestro día a día. Y, como profesionales, también tenemos que trabajar en equipo para lograrlo. El trabajo en políticas públicas también es trascendental: tenemos que lograr que todas las personas tengan acceso a los controles odontológicos, a la información que les permita decidir sobre su alimentación, y a alimentos que no atenten contra su salud. En eso estamos...
Gracias a la odontóloga Verónica Barreyro (MN 29872) por su asesoramiento en esta columna. Pueden seguirla en @vbarreyro para más información sobre Odontopediatría.
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