A la hora de mejorar la fertilidad del hombre y la mujer, es fundamental llevar un estilo de vida saludable.
Para eso, es necesario mantener una dieta rica en nutrientes y proteínas, y realizar actividad física de manera regular.
"La reproducción asistida necesita una organización de circuitos asistenciales multidisciplinarios que permitan brindar atención integral para los pacientes, ya que en los tratamientos existe la necesidad de tener en cuenta la vivencia por parte del paciente de su problemática", explica María Villamil, Jefa de la Unidad de Apoyo Emocional de WeFIV.
A la hora de llevar a cabo un desafío reproductivo, sin dudas es necesario contar con un tratamiento interdisciplinario que permita encarar el proceso desde distintas áreas.
Por ejemplo, se recomienda realizar actividad física, ya que estimula la liberación de endorfinas (las hormonas que producen sensación de placer), y sobre todo porque el deporte fortalece la mente, elimina presiones y disminuye el estrés.
La necesidad de lograr un bienestar integral
En lo que respecta al plano emocional, Villamil aclara que "es muy importante la práctica formal e informal del mindfulness". Los ejercicios contribuyen a disminuir la ansiedad y sobrellevar de otra forma los problemas de fertilidad.
Además, en lo relacionado a la nutrición, es clave encarar un plan de alimentación que colabore a atravesar la etapa y a preparar el cuerpo para recibir al bebé de la mejor manera posible.
Según la nutricionista Priscila Pedace, "una dieta mediterránea potencia la fertilidad. Contiene distintos nutrientes que se pueden encontrar en alimentos como frutas y verduras y que permiten obtener todos los fitonutrientes que el cuerpo necesita".
Y suma: "Las proteínas son esenciales para construir y reparar células del óvulo y del esperma. Una manera sencilla de ayudar a tus óvulos es comer proteína en cada comida, cargar el plato con colores del arcoíris de verduras y frutas todos los días e ingerir grasas saludables".
Además, la Vitamina D, que se puede adquirir a través de una exposición solar controlada, mejora la secreción de la insulina y la ovulación. Por lo tanto, aumenta las probabilidades de conseguir un embarazo después de un tratamiento de fertilización in vitro.
Lo cierto es que generar hábitos que contribuyan a construir una vida saludable es importante para transitar los desafíos reproductivos con un equilibrio mental, físico y emocional.
Para lograrlo, existen profesionales de diversas áreas de la salud que se dedican a acompañar a los pacientes en ese proceso, con el objetivo de alcanzar un bienestar general durante el transcurso.