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Filtraciones de agua, ratas y garrafas peligrosas: el patético estado de una escuela de Avellaneda

Los docentes de la Escuela Primera N° 70 Juana Azurduy decidieron suspender las clases ante el peligro que representaba el deterioro edilicio.

09 Agosto de 2018 12:57
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La explosión de una garrafa en una escuela de Moreno, que terminó con las vidas de dos personas, es un ejemplo extremo de la situación edilicia sumamente precaria que transitan varios establecimientos educativos de la provincia de Buenos Aires. 

La garrafa que alimenta la cocina. 

La Escuela Primaria N° 70 Juana Azurduy del barrio La Saladita (Avellaneda) es una de ellas. Parte de la situación deriva, al igual que el lugar de la tragedia, de la deficiente provisión de servicios. 

"Tenemos una garrafa en la cocina al lado del horno, y hay otra cocina de la escuela secundaria con la que compartimos edificio en un lugar precario abajo de una escalera, sin ventilación y con una garrafa adentro también", explica a BigBang Paola Romero, docente de primer grado y madre de un alumno de la escuela. 

Frío, goteras y ratas

Los calefactores y ventiladores eléctricos de todo el establecimiento están rotos y, en invierno, el frío se hace aún menos soportable de la mano de las filtraciones de agua en los salones. Estas, al mismo tiempo, generan un constante peligro de electrocución.

La escuela también cuenta con un solo baño para nenas y otro para varones, los cuales tienen que ser compartidos por los alumnos de la primaria y la secundaria con la que comparte edificio. 

El techo del SUM está roto y deja pasar agua cuando llueve. 

"El SUM donde los chicos se forman, se hacen los recreos y se practica educación física tiene perforaciones en el techo y faltante de chapas, se llueve más adentro que afuera", agrega Romero. "Hay cucarachas en todo el establecimiento y en algunos cajones encontramos materia fecal de roedores. Se pidió reiteradas veces desinfección ademas de limpieza de tanques y la respuesta fue que no hay presupuesto".

De acuerdo con la docente y madre, el año pasado juntaron firmas y presentaron un petitorio al gobierno de la provincia de Buenos Aires para que intervenga pero no obtuvieron respuesta. 

El personal del colegio suspendió las actividades.

Así, ayer el personal de la escuela decidió suspender las clases por los riesgos para docentes y alumnos. "Los reclamos vienen de años atrás, pero nadie hace nada", subraya Paola.