El nombre "Coco" se hizo muy popular en las redes sociales la semana pasada y no por la famosa película de Pixar, sino por la dramática historia del perrito que quedó detenido en el Aeropuerto Ezeiza debido a que las autoridades de Migraciones argumentaron que no podía ingresar al país porque tiene la vacuna antirrábica vencida desde hacía ocho días.
Coco es la mascota de Franco Gavidia, un cordobés que huyó de Hungría después de que el primer ministro, Viktor Orbán, declarara el estado de emergencia por la invasión rusa en Ucrania. Tras haber viajado por Europa sin inconvenientes, Franco y su fiel perrito regresaron sanos y salvos a la Argentina, donde encontraron el primer, único y gran obstáculo de su odisea.
Desde el Gobierno habían dado a conocer que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) detectó en sus controles habituales en el aeropuerto internacional de Ezeiza "una mascota proveniente de Europa", que en su tránsito hizo escala en Colombia. "Llegó al país sin su certificación sanitaria y sin la protección antirrábica correspondiente", detallaron de manera oficial.
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El animal en cuestión -detallaron- era un perro de un año y medio, llamado “Coco”, "que tiene vencida la vacunación correspondiente y que por eso no puede ingresar a la Argentina". "Se le informó al pasajero que viajaba con el animal, del procedimiento y la necesidad de que vuelva al país de origen para completar la documentación faltante", explicaron, opción casi imposible de concretar debido al conflicto bélico que sacude al otro lado del mundo.
En ese momento, desde el entorno de la familia Gavidia surgió la información que las autoridades supuestamente le habrían sugerido dos opciones: sacrificarlo o deportarlo. Sin embargo, desde Migraciones advirtieron que todo se trató de un "malentendido que tomó demasiada entidad". Pero preocupado por esta situación, Franco hizo público su calvario, y el del animal, y a partir de ahí se originó una campaña para que las autoridades dejaran ingresar al perro al país.
Fue entonces que presionados por la gran cantidad de internautas que presionaron para que esta historia tuviera un final feliz, el Senasa decidió que “Coco” reciba la vacuna antirrábica, la cual se le había vencido a mediados de mayo y ponía en riesgo su permanencia en el país, permanezca en cuarentena por 10 días y luego pueda regresar a su hogar en Córdoba.
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Camila Guerra, médica y dueña de la mascota, había contado que el perro estuvo "aislado en un canil del departamento del Senasa en el sector de Migraciones del Aeropuerto Internacional de Ezeiza". "Nos confirmaron que Coco tiene que hacer la cuarentena durante 10 días en ese canil. Tuvimos que contratar a un veterinario para que lo cuide durante la estadía así el perro no se estresa en esta situación", relató la joven oriunda de Córdoba.
De esta manera, Coco cumplió la primera de las dos cuarentenas que debe llevar adelante y este mismo jueves regresó con su familia. Ahora, deberá cumplir con el segundo aislamiento, ya en la provincia de Córdoba tendrá que completar los 21 días que tarda la vacuna en brindar inmunización dentro de su vivienda y sin tener contactos con otros animales. “Designé como única representante legal a la Dra. Lorena Bilicic, quien fue la única abogada que nos asistió y gestionó el caso desde un comienzo. Asimismo, por decisión conjunta, las únicas personas autorizadas a ver y asistir a Coco son la médica veterinaria Tessie Bisbal y la Sra. Nora Portela, presidenta de la ONG Aliento de Vida", había contado su dueño.
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Desde Senasa emitieron un comunicado con el título “'Coco' cumplió la cuarentena e ingresó al país con su dueño siguiendo protocolo del Senasa” y informaron que “durante el aislamiento que debió realizar el can, una veterinaria del Senasa controló y verificó a diario su bienestar, trabajando con recomendaciones de la Dirección Nacional de Sanidad Animal del Organismo. El espacio cedido por Aduana, de cien metros cuadrados y acondicionado para atender la situación climática, le permitió a 'Coco' jugar, correr y alimentarse sin inconvenientes. También una persona responsable designada por la familia fue la autorizada a visitarlo diariamente”.
También explicaron que “se cumplimentó la vacunación antirrábica, la desparasitación interna y externa, y la declaración del domicilio de interdicción donde debe permanecer el canino durante los 21 días posteriores a la vacunación”. Aclaran que durante ese período la mascota deberán “permanecer en el domicilio de su familia sin contacto con otros animales, según lo acordado entre las partes y siendo responsabilidad única y exclusiva de su dueño bajo declaración jurada”.
Desde Migraciones habían advertido que "es deber y responsabilidad del organismo, por Ley 27.233, bregar por el estatus sanitario del país, así como la prevención, el control y la erradicación de las enfermedades que afecten tanto a la sanidad de los animales y los vegetales, la producción agropecuaria, y a la salud pública en general". "Cabe destacar que la responsabilidad primaria en este caso compete a su dueño y a la compañía aérea, que lo trajo desde España a la Argentina, con escala en Colombia. Vale aclarar que el microchip (identificación individual de la mascota) de este animal donde se encuentran cargados todos sus datos sanitarios, corresponde a Hungría", sentenciaron.