por Mauro Fulco
15 Septiembre de 2015 17:05Franco Pugnaloni es médico. También es actor y docente. Para unificar su pasión y su vocación, fundó una ONG que se llama “Locura de Clown” y dicta una materia en la facultad que se llama “Humanización hospitalaria: herramientas artísticas como un abordaje posible”.
El médico se calza una nariz de payaso y trata de mejorar la vida de sus pacientes con arte. Lo hace desde hace 3 años, pero el domingo le tocó vivir una situación que -con sentido del humor- se puede tomar como payasesca.
Franco fundó hace 3 años “Locura de clown”.
“Eran las 2 menos cuarto de la tarde. Estábamos tomando mate en la sala de guardia del Hospital y de repente golpea la puerta una mujer rubia que nos pregunta dónde estaba el ambulanciero”, cuenta.
Hasta acá una anécdota normal. Pero recién comenzaba todo. “A los 10 minutos escucho golpes. Lo primero que pensé fue qeu era raro que obreros estuvieran trabajando un domingo”.
Así quedó el auto después de que la mujer despechada lo destrozara con una maza.
Una de las médicas gritó: “¡Están destruyendo un auto!”. Y Franco se acordó de que el único auto que estaba en el estacionamiento era el suyo. El relato telefónico para BigBang y el relato escrito en su facebook está plagado de humor. El médico se lo toma de esa manera.
Franco contó el episodio en Facebook, y ya recibió llamados de medios gráficos y televisivos.
Y prosigue: “¡Esa mujer que estaba tan tranquila me estaba destruyendo el auto!. Lo primero que pensé es que era una joda para Tinelli y dónde estaban las cámaras, dónde estaba la joda de todo esto”.
Cuando verificó que no había broma ni cámaras ni actores que lo calmaran se arrimó a la mujer, que seguía ensañada rompiendo el coche. Justo antes de abrir la boca la rubia estaba volando de un mazazo el espejo retrovisor: “Señora, es mi auto -le dje-. Ella estaba como ida y con la maza en la mano. Después del grito paró en seco, guardó la maza en la cartera y se fue caminando tranquila”.
”Señora, es mi auto. Ella estaba con la maza en la mano”. Paró en seco, guardó la maza en la cartera y se fue.”
Franco llamó a la policía. La mujer siguió caminando con tranquilidad y el médico -con buen tino- desoyó el consejo de las 15 personas que miraban el show: “Me decían: 'Doctor, seguila', pero ¿para qué? Yo estaba con el ambo y ella tenía una maza en la cartera”.
Alertada de su error, la mujer se fue caminando tranquila con la maza en la cartera.
La mujer era la ex esposa del ambulanciero, y fue a su lugar de trabajo para -despechada- romperle el auto. Pero se equivocó. El chofer de la ambulancia, en tanto, observó todo el episodio desde el hospital. “No me hablaba. Me llamó recién al otro día para decirme que sentía vergüenza ajena”, cuanta Franco.
El chofer de la grúa que se llevó su auto le preguntó si el ambulanciero era Di Caprio.
Cuando vino la grúa, el chofer se reía y le preguntó si el ambulanciero era Leonardo Di Caprio, que levantaba tanta pasión en una mujer. Cuando llamó al seguro, la telefonista que recibió la llamada también se rió, y le dijo que solo tuvo un caso similar, cuando una mujer rompió con un matafuegos el auto de su ex marido.
Pero Franco Pugnaloni no era el marido, ni el ex ni nada de ella. El seguro cubre los cristales nada más. “Ahora hay que arreglar el tema chapa, que le tuve que pegar un par de mazazos”, dice.