Parecía una película. Y no fue porque tuvo un final feliz. Hugo Peralta y Carlos D'Angelo, dos internos de la cárcel de Piñero, en Rosario, Santa Fe, lograron fugarse del lugar ocultos en los carritos que utilizan las visitas para llevar sus pertenencias.
Los reos, que aún no fueron recapturados, ya habían protagonizado otra fuga dos años atrás al escapar de un minibús del Servicio Penitenciario (SP) que se trasladaba por la autopista Rosario-Santa Fe.
La nueva fuga se constató en la noche del lunes, luego del usual conteo de reclusos, y habría ocurrido alrededor de las 17. La esposa de D'Angelo, quien lo había visitado ese día, fue detenida como supuesta cómplice.
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En su casa, ubicada en la zona sur de Rosario, se secuestró un carrito con un canasto, igual a los que se emplean dentro de la cárcel para que las visitas lleven sus pertenencias. Allí había prendas del preso evadido.
Así, pudo determinarse que ambos reos fueron cargados en esos carritos y sacados del penal por la puerta sin que las autoridades penitenciarias lo advirtieran.
En las cámaras de seguridad de la parte externa del penal, puede verse a ambos carros empujados por la pareja de D'Angelo y por otra mujer. "Nadie los requisó. Es imposible fugarse salvo que se haga la vista gorda, haya connivencia y mala praxis", acusó el subsecretario de Asuntos Penitenciarios provincial, Jorge Bortolozzi.
En ese sentido, los fiscales a cargo de la investigación, Franco Carbone y Georgina Pairola, analizan la posibilidad de detener a agentes del Servicio Penitenciario por el posible delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público y favorecimiento de la evasión.
D'Angelo actualmente cumplía una condena a 23 años de prisión por haber asesinado en 2014 a un comerciante en la localidad de Granadero Baigorria, mientras que Peralta transitaba una condena por robo calificado.
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"Esta es la segunda vez que se da a la fuga, por eso entendemos que acá hay algo más", expresó al diario La Capital, Gabriela Giménez, hermana del hombre asesinado por D'Angelo. "La sospecha que nos invade como familia es que hay otros intereses de otros lugares y que esta persona les sirve más afuera que adentro".
"Cualquiera que conoce Piñero sabe que tanto al ingresar como al egresar hay que dejar el DNI y firmar un acta", agregó. "Es imposible salir porque ahí hay un guardia, por eso queremos que toda la gente que ayer haya trabajado ahí tenga alguna sanción":