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Genio, divo y leyenda: a 50 años de la muerte de Brian Jones, el fundador de los Rolling Stones

El multiinstrumentista fue quien dio el primer paso para la formación de la banda. 

03 Julio de 2019 15:40
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Prácticamente todas las veces que, antes de 1969, un instrumento por fuera de la guitarra, el bajo o la batería sonaban en una canción de los Rolling Stones, el responsable era siempre el mismo: Brian Jones

Sin embargo, su aporte fue incluso más sustancial: el grupo nació gracias a un anuncio que publicó invitando a músicos para que audicionaran para un proyecto que estaba formando. Dos de los que lo respondieron fueron Mick Jagger y su amigo de la infancia Keith Richards, quienes ya se habían cruzado previamente con Jones en el ambiente de los clubes de jazz londinenses.  

Además de tocar la guitarra, en los primeros años de la banda Brian también actuó como una especie de manager. Algo que sembró las primeras semillas de resentimiento con sus compañeros, que enfurecieron cuando se enteraron de que le cobraba a los dueños de los lugares donde tocaban 5 libras esterlinas más que ellos.

Parte de las razones por las cuales se consideraba como líder tenía que ver con sus imaginativas contribuciones musicales: además de sus omnipresentes riffs rítmicos de guitarra, el sitar de Street Fighting Man y Paint It Black, los teclados de Let's Spend the Night Together, la marimba de Under My Thumb, el saxo de Child of the Moon, el dulcimer de Lady Jane, y el mellotron de She's a Rainbow, entre otros sonidos, son algunas de las muestras de su siempre encendida inquietud musical. 

Sus búsquedas lo llevaron incluso a viajar a Marruecos en 1968 para registrar a los Maestros de Joujouka, un ensamble de músicos dedicados a las melodías religiosas sufíes, para el disco Brian Jones Presents the Pipes of Pan at Joujouka. Los Rolling Stones rescataron ese vínculo dos décadas después para grabar la canción Continental Drift junto al mismo grupo de artistas marroquíes para el disco Steel Wheels. 

Sin embargo, la relación de Jones con el resto de los Stones nunca fue fácil: desde sus primeros tours viajaba solo, separado de sus compañeros, alojándose en hoteles diferentes y demandando paga extra. Andrew Loog Oldham, quien eventualmente tomó el rol de manager del grupo, teorizó que el guitarrista se sentía alienado por sus pocas contribuciones compositivas y porque su rol organizativo le había sido quitado. 

El creciente consumo de drogas y alcohol solo logró profundizar la grieta, y el carácter del músico se volvió impredecible. Además, su ego recibió una fuerte cachetada cuando su novia Anita Pallenberg lo dejó nada más y nada menos que por su compañero de banda Keith Richards

El punto de quiebre definitivo llegó cuando, a punto de iniciar una gira por Estados Unidos en 1969, la banda recibió la noticia de que Jones no podría recibir un permiso de trabajo a causa de sus arrestos por posesión de drogas. Los Stones decidieron entonces despedirlo e incorporar a Mick Taylor

Muerte y misterio

Poco más de un mes después, Brian -de 27 años- fue hallado muerto en el fondo de la piscina de su casa. El fallecimiento fue declarado accidental y la autopsia reveló que tanto su corazón como su hígado habían aumentado de tamaño a causa del consumo de sustancias. De sus compañeros de banda, sólo Charlie Watts y Bill Wyman asistieron a su funeral. 

"Creo que me comporté de manera infantil, pero éramos muy jóvenes, nos ensañamos con él", reconoció Jagger años después advirtiendo que, sin embargo, Jones era "muy celoso y manipulador". 

Como casi todas las muertes jóvenes y trágicas, la del guitarrista fue objeto de varias teorías conspirativas que aseguraban que fue asesinado. El principal sospechoso era Frank Thorogood, un obrero que trabajaba en la refacción de la casa.

Sin embargo, en el 2009 -ante un pedido de reabrir el caso-, la policía de Sussex señaló que no lo haría ya que no había "nueva evidencia que sugiera que el veredicto original del forense fue incorrecto".