24 Octubre de 2016 14:33
La polémica por las fotos de Vanucci y Garfunkel cazando animales durante un safari en el África lejos está de apagarse, y si acaso faltaba una voz para echar un poco más de leña al fuego esa es sin dudas la de Amalia Granata, con quien la ex modelo supo tener un particular duelo a partir de la relación que ambas mantuvieron con el “Ogro” Fabbiani.
De hecho, seguramente todos recuerdan la fiesta de casamiento del futbolista con la ahora empresaria dedicada a la lencería, quien con un gesto irónico y desafiante le dedicó el anillo a su vieja enemiga, quien no llegó a pasar por el altar con el padre de su hija Uma.
“Eso es tremendo, casi ni las puedo mirar, son de una crueldad tremenda. No hay mucho para decir, me parece un horror lo que le hacen a esos animales, que lo hagan como un deporte, que la gente pague. No hace falta ni decirlo, ya con mirar las fotos te das cuenta que es un horror”, expresó Granata, quien casualmente había recibido un llamado de Vanucci para el “Día del Perdón”.
Granata también opinó de las polémicas fotos de Vanucci y Garfunkel.
“Ella me llamó por el Día del Perdón, para decirme que le había nacido pedirme disculpas por lo que habíamos vivido en el pasado, con todos nuestros desencuentros. Le dije que me parecía perfecto, que lo aceptaba y que si yo también la había herido, que yo sé que la herí porque dije cosas ofensivas también, le pedía disculpas y que para mí ya está, lo pasado pisado”, recordó la modelo y conductora, quien también tuvo tiempo de “atender” a otra “enemiga”, Luciana Salazar, a partir del supuesto “hackeo” de la cuenta de Martín Redrado.
La modelo y conductora también le apuntó a Salazar por el supuesto "hackeo".
“Yo no les creo nada, la gente siempre cuando se arrepiente de algo que pone la hackean. Creo que se deben haber peleado, ella le agarró el Twitter, puso eso, o él lo puso, toda una cosa rara de esa relación que tienen ellos. Se arrepintieron y dijeron lo del hackeo. Mentira, qué le van a hackear, y en una cuenta verificada menos”, fustigó sin vueltas.
