Con 11 fallecimientos confirmados y un retraso estadístico que podría aumentar la cifra en los días próximos, la gripe A aún no se recibió de epidemia pero causa graves consecuencias. Y, como efecto colateral, profundos efectos sorpresivos en los servicios de salud.
Las esperas por médicos a domicilios aumentaron al doble.
"La previsión de los servicios de emergencias domiciliarios implica armar una programación semanal y mensual que ha sido sobrepasada por una mayor demanda", explica en ese sentido Alejandro Denicola, coordinador de ayuda médica.
"La previsión semanal y mensual ha sido sobrepasada por una mayor demanda
Así, según ilustra el especialista, los pedidos de "código verde" (esto es, médicos a domicilio sin que medie ninguna emergencia) han aumentado un 70% de la mano de la llegada temprana de la temporada de gripes. Como consecuencia, una espera promedio de dos horas por un médico a domicilio se alargó a cuatro o cinco e, incluso, algunos pacientes tuvieron que esperar casi un día completo la llegada del especialista.
Ayer domingo, por caso, OSDE, avisaba que la demora podría llegar hasta seis horas por la demanda de médicos a domicilio de los últimos días.
Y ese compás se traslada a las guardias de los hospitales públicos y privados, donde se genera un auténtico "cuello de botella" de pacientes que aguardan ser eventualmente derivados a una cama de internación.
Prevención y vacunación, las claves
La gripe se contagia por contacto con secreciones de personas infectadas y superficies u objetos contaminados. Su síntomas (fiebre mayor a 38 grados, tos, congestión, dolor de garganta y muscular) suelen aparecer a las 48 horas y la mayoría de los afectados se recupera en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento médico.
Sin embargo, en niños pequeños, personas de edad avanzada y pacientes aquejadas de otras afecciones médicas crónicas, la infección puede traer graves complicaciones.
Para prevenir el contagio, deben encararse varios métodos:
Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón.
Cubrirse la boca o la nariz al toser o estornudar.
Tirar a la basura los pañuelos descartables inmediatamente después de usarlos.
Ventilar los ambientes y permitir la entrada de luz solar.
Mantener limpios los picaportes y objetos de uso común.
No compartir cubiertos ni vasos.
Mientras tanto, el Ministerio de Salud de la Nación y el de la Provincia de Buenos Aires impulsan campañas de vacunación contra la gripe común y la gripe A orientadas fundamentalmente a los grupos de riesgo: trabajadores de salud, niños hasta 2 años, adultos mayores a partir de los 64 años, y personas con enfermedades respiratorias, cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos y trasplantados, personas obesas con índice de masa corporal mayor a 40, diabéticos, y personas con insuficiencia renal crónica en diálisis.