Mauricio Macri y Cristina Kirchner tienen una coincidencia extraña, de la que en verdad los protagonistas no son ellos, sino sus hijos. Dos de los hijos del mandatario y la hija menor de la ex presidenta comparten profesión. Los tres se dedican -o dedicaron- al cine, contra el “mandato familiar”, de negocios y política. Baja exposición y estudios en el exterior, entre las similitudes.
Primero fue Agustina Macri, la mayor de los cuatro hijos del presidente. Luego de un fugaz paso por la facultad de Sociología de la UBA decidió abandonar y dedicarse al cine, un mundo del que ya tenía referencias, tras haber atravesado varios años de talleres de actuación con el reconocido Julio Chávez. Sin embargo, decidió dedicarse de lleno desde otro lugar: detrás de cámara.
Para eso, viajó a España, donde estudió Creación de Documentales en Barcelona, ciudad de la que regresó en 2008, cuando su padre aún no había cumplido un año como jefe de Gobierno porteño. Uno de sus primeros trabajos cuando se reinstaló en Buenos Aires estuvo, justamente, relacionado a la labor de su padre. Fue la elegida para documentar las obras en el Teatro Colón.
Cámara en mano. Agustina Macri se dedica al cine desde hace varios años.
Con 35 años, trabajó con los directores Daniel Burman y José Luis Marqués, pero uno de los puntos más destacados fue el año pasado, cuando trabajó junto al prestigioso director y guionista estadounidense Oliver Stone en una película sobre la vida de Snowden, el espía que filtró archivos secretos de los Estados Unidos.
Pero la historia de cineastas en la familia Macri no se reduce a la mayor de las hijas presidenciales. Francisco, de 28 años, también emprendió un camino vinculado a la pantalla grande. Se trata del único hijo varón del mandatario, que incluso estudió en la misma escuela que su padre, el Cardenal Newman.
Francisco Macri. Al igual que su hermana mayor, se dedicó al cine.
Un artículo de la revista Noticias recuerda que desde adolescente el joven Francisco había quedado fascinado con el mundo audiovisual. Y al igual que su hermana mayor estudió cine. Tras recibirse, trabajó como asistente de producción en cortos publicitarios, un mundo al que lo había acercado otra de sus hermanas, Gimena, quien trabajaba en ese mundo, y quien también es artista, aunque de otro palo: en su caso, es artista plástica.
Este año los nombres de Francisco y Agustina Macri no pasaron inadvertidos. Ambos trabajaron en la producción audiovisual del documental “Séptimo Día”, que mostró el proceso creativo del show de la compañía de circo Cirque du Soleil, en homenaje a Soda Stereo. Tal como publicó BigBang en aquel entonces, la labor de los hijos de Macri incluyó entrevistas y grabación en locaciones clave en la vida de Gustavo Cerati.
CINE SIN GRIETA
Florencia Kirchner también se dedicó al cine. La menor del matrimonio Kirchner estudió dirección en la New York Film Academy. Luego también hizo cursos de guión, en la escuela Gotham Writers. Entre sus trabajos, se destaca la producción de seis cortos sobre historias de seis barrios de bajos recursos, llamado “La propia mirada”, que fue presentado en el Festival Internacional Unasur Cine, en 2013.
Su ópera prima fue “Entre escenas”. Allí Florencia fue productora, guionista y directora. Se trata de la historia de amor entre Luca y Lucrecia, dos jóvenes actores que se conocen en un rodaje en el que son protagonistas. Luego, colaboró en el documental sobre la vida de su padre, “NK: El documental”, del que formó parte sólo un tiempo, ya que se apartó para dedicarse, según se dijo en aquel entonces, a la militancia.
BAJO PERFIL
La coincidencia “profesional” entre Florencia Kirchner y sus colegas Francisco y Agustina Macri no es la única. Los tres eligieron mantener un bajo perfil, completamente opuesto al que mantienen sus padres. Una de las últimas apariciones en público de Agustina fue durante la visita de Macri al Papa Francisco en el Vaticano, en noviembre pasado.
Florencia Kirchner, en pleno estudio de radio. Este año empezó un programa llamado "Basta de verso".
En el caso de Florencia, su vida quedó envuelta en acusaciones judiciales y en algunas ocasiones se puso el foco en su relación amorosa con el dirigente Camilo Vaca Narvaja, de quien está separada, y con quien tuvieron una hija, la pequeña Helena, que ayer cumplió dos años. Días atrás, el juez Claudio Bonadio, que investiga maniobras de lavado de dinero en la inmobiliaria de su familia, Los Sauces SA, definió que no pueda cobrar su salario como “directora”, al considerar que no tenía funciones ni cumplía horario.
En el último tiempo, además, Florencia comenzó un programa de radio en una emisora que transmite por Internet desde la ex ESMA, llamada La Imposible. El título elegido para el programa fue “Basta de verso”. En la primera emisión, en junio pasado, hizo una fuerte defensa de su madre.