04 Marzo de 2022 12:57
Hace pocas horas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que cerró el acuerdo con el gobierno de Alberto Fernández, por la deuda de 57 mil millones de dólares, creada por Mauricio Macri en 2018 y que fugada en su totalidad. De esta manera, el país podrá refinanciar los compromisos asumidos que presentaba vencimientos concentrados principalmente en los años 2022 y 2023.
El staff del FMI y las autoridades argentinas han llegado a un acuerdo sobre las políticas económicas y financieras que serán respaldadas por un Acuerdo de Facilidades Extendidas de 30 meses”, dijo el organismo de crédito que comanda la economista búlgara Kristalina Georgieva. Es decir, el período de repago de cada desembolso es de 10 años, con un período de gracia de 4 años y medio, lo que implica comenzar a pagar la deuda a partir de 2026 y hasta 2034.
Pero antes el proyecto ingresará al Congreso de la Nación en los términos de la ley 27.612 de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública -impulsada por el Gobierno Nacional- que establece que, entre otras, que todo programa realizado con el FMI requerirá de una Ley del Honorable Congreso de la Nación que lo apruebe expresamente.
En este contexto, el Ministro de Economía, Martín Guzmán, quien se encargó personalmente de lograr un acuerdo con el Fondo, brindó una entrevista en Argenzuela, el programa de Jorge Rial en Radio 10, donde habló sobre los detalles. En primer lugar, lanzó una crítica contra la gestión macrista: “El préstamo del FMI no era necesario. El gobierno anterior podría haber evitado claramente al FMI y hubiera sido bueno que no fueran al Fondo. No hacía falta. Fue una elección del gobierno anterior. Fue un préstamo de apoyo, muchos fuimos un apoyo explícito al gobierno. Pero se podría haber evitado esta situación que le genera un daño a Argentina por muchos años”.
Al ser consultado sobre la negociación, Guzmán explicó: “Cada país tiene distinto peso en el Fondo. Argentina también es parte del Fondo. Y se dio la situación en la cual hubo un cambio muy fuerte en la consideración de lo que hay que hacer entre el programa del gobierno anterior y el de ahora. Si hacemos un repaso de todo lo que se publicó en los últimos años se ve un cambio en la filosofía de la relación entre el FMI y Argentina en este momento. Para el programa del gobierno anterior en 2018, decían que para que la economía se recupera había que hacer un ajuste fiscal, congelar la base monetaria, porque, según el presidente anterior, la inflación es un problema netamente monetario que se resuelve de manera fácil. Además de congelar la base monetaria querían bajar los salarios en términos reales. Eso no está más. Ahora decimos que la deuda debió ser reestructurada”.
Y completó: “Tiene que haber ciertos controles para que no hay salida de capitales como se dio antes. El principal problema del crecimiento económico en Argentina no es la confianza de los mercados, como decían antes, sino la restricción externa. El hecho de que no haya dólares en el país para poder financiar las importaciones que necesitamos para poder producir y donde el Estado juega un rol. Si vemos el documento, que será analizado apenas entre en el Congreso, vamos a ver que se habla de un Estado que invierte más en infraestructura pública, en ciencia y tecnología, y que al mismo tiempo, recorre un sendero en donde va bajando el déficit que tiene el sector público para así tener que depender menos del endeudamiento, pero permitiendo que haya una expansión moderada que le ayude a la economía a seguir recuperándose. Es un cambio total. Y también se logra tener un acuerdo sobre una estructura donde no se hable de los arreglos del pasado”.
Cuando Rial le consultó sobre la manera en qué puede afectar o beneficiar el acuerdo a la población en general, Guzmán contestó: “Primero no hay reforma laboral. No hay ningún derecho que se toque. Nuestra bandera de gobierno es lograr más derecho. Otro objetivo es lograr el poder adquisitivo de los ingresos, de los salarios y de las jubilaciones que tanto cayeron con el gobierno anterior. Tampoco habrá reforma jubilatoria. Desde el punto de vista de las facturas de la luz y del gas, lo que se hace es que para los sectores más pudientes se va a retirar los subsidios. Vamos a apuntar al 10% de capacidad económica plena para lo que es el servicio. Para el resto, la factura incrementa menos que el salario. Y para los que tiene tarifa social mucho menos. De esa manera, se sacan los subsidios a sectores que no lo necesitan, se logra proteger a quien más lo necesita, y ese dinero del subsidio, se envía a inversión en ciencia y tecnología”.
En otro punto de la entrevista, el titular de Economía explicó cómo fue la negociación y si el resultado fue el mejor: “El Fondo es el Fondo y exige. Nosotros defendemos a Argentina. En un momento de la negociación hablé en público y dije que la diferencia entre lo que Argentina planteaba y el FMI planteaba era poder seguir el camino de la recuperación económica o el poder de la suerte. En ese momento, se logró avanzar mucho”. Y agregó: “Sentarse con el Fondo significa que muchas personas de Argentina se siente con muchos países del resto del mundo. Que el presidente se junte con otros países, yo con otros ministros, el titular del tesoro con sus pares, que el canciller hable; y que yo hable con el staff y la directora del Fondo”.
En tanto, sobre el comportamiento de Estados Unidos y el resto de los países poderosos del planeta: “Los que tienen más influencia en el Fondo, a veces, son los dueños del establishment financiero del mundo. En otro momento puede pasar otra cosa. Y ahora, dentro del escenario geopolítico, como pasa ahora, les conviene que a Argentina les vaya bien en la producción y en la economía. Hay países que invierten en Energía en Argentina y entienden que les tiene que ir bien a Argentina y que pueda crecer”.
Además dijo: “Estas son negociaciones de una dureza que es muy difícil de transmitir. Porque además es difícil de transmitir en unos minutos de una conversación. Es una cuestión de poder y lleno de heterogeneidades. Pensemos en Argentina, con sus problemas, internos. Pensemos en el mundo, en Estados Unidos, con sus propios problemas internos. Hay un mapa de relaciones de poder que es muy complejo y uno queda expuesto a eso. Nosotros queríamos llegar a un acuerdo porque cuál era su sentido. Refinanciar la deuda que contrajo el gobierno anterior”.
En ese punto, afirmó sobre los pagos que realizará Argentina: “La plata que entra ahora al país es para poder financiar los vencimientos que tomó el gobierno anterior, que es el préstamo récord en la historia del Fondo Monetario Internacional. Eso para que tengan una idea de lo que significa. A Argentina le aprobaron un préstamo de 57 mil millones de dólares. ¿Sáben cuánto se desembolsó para todos los países del mundo en el peor año de la pandemia? 50 mil millones de dólares. Menos de lo que le aprobaron a Argentina en 2018. Ese es el tamaño del problema que le dejó el gobierno anterior a Argentina”.
Y explicó: “Ahora teníamos que llegar a un acuerdo para refinanciar esa deuda y no llegar a una situación en la que Argentina no hubiera dólares. Eso es claro. Cuando en Argentina no hay dólares, cae la producción y sube la inflación. ¿Cuándo pasa el ajuste? Cuando no hay dólares. Entonces lo que queríamos era no llegar a una situación de impago con el FMI y toda esa incertidumbre generase menos entrada de dólares a Argentina y más salida de dólares del país y por lo tanto hubiese más inflación, y menos empleo”.
En tanto, sobre los detalles del acuerdo, el ministro dijo: “Nuestro gobierno no está sumando un solo dólar de deuda con respecto a la deuda que generó el gobierno anterior. Lo que hacemos es tener el financiamiento que nos da el Fondo para poder ir ganando tiempo y ganar tiempo significa que hemos ahogado una carga de deuda insostenible que era de 19 mil millones de dólares para este año y de 20 mil millones para el año que viene, y hubiera impedido seguir por la senda de la recuperación, y también hubiese impedido poder anclar cualquier proceso de reducción de la inflación que es un objetivo fundamental para la economía”.
En tanto, sobre la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque de diputados del Frente de Todos tras el acuerdo con el Fondo, el economista afirmó: “La situación de tener al Fondo en el país es muy difícil para todos los que buscamos construir un Estado-Nación con fuerza, con soberanía, con autonomía de acción, con un Estado jugando un rol central para el desarrollo económico, logrando contribuir a una economia mas dinamica desde lo productivo. Nadie en nuestra fuerza política quisiera que esté en Argentina. Ahora hay una realidad. Tenemos una deuda de 44 mil millones de dólares de duda y no de reservas. Si tuviéramos esa reservas, se les paga y se saca al Fondo del escenario. Que es algo que pasó con Néstor Kirchner en 2003 y es lo que nos gustaría que pase porque está dentro de lo que queremos para el país. A mí lo que me importa es resolver problemas concretos. Y el Gobierno Nacional llevó adelante una negociación para proteger a Argentina. Sin reformas laborales, ni jubilatorias, y el Estado va a poder jugado un rol para apuntalar la recuperación económica y a apuntar al crecimiento a mediano y largo plazo. Eso es lo que se logró. Ahora el Congreso podrá decidir sobre esto”.