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Habla el virólogo argentino que más sabe de pandemias: "Van a aumentar los casos; en un año habrá que vacunarse"

En diálogo con BigBang, el investigador del Conicet Maximiliano Wilda analiza las medidas tomadas por el Gobierno, pide llevar calma y advierte que aumentarán los casos de contagio.

por Agusti­n Gulman

25 Marzo de 2020 11:42
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Maximiliano Wilda es bioquímico, virólogo y uno de los investigadores del Conicet que más conoce el desarrollo de pandemias que sacuden al mundo, como ocurre por estas semanas con el coronavirus. En diálogo con BigBang, detalla que el 80 por ciento de los contagiados por el COVID-19 cursará la enfermedad con “sintomatología leve”, y que poco más del 10 por ciento de los infectados tendrá dificultades. Afirma que es posible que dentro de un año haya que vacunarse contra este virus, hace una comparación con lo que ocurrió  en 2009 con el virus de la Gripe A y lleva calma: “El virus per sé no mata, lo que causa daño son las complicaciones y enfermedades de base”.

5 DATOS CLAVE

Wilda dice que van a aumentar los casos de contagio, pero aclara que no hay que preocuparse. Detalla que el objetivo de la cuarentena obligatoria es no saturar el sistema médico para cuando haya más enfermos de coronavirus Dice que la enfermedad es benévola aunque aclara que personas con enfermedades preexistentes pueden tener complicaciones.  Dice que en un futuro, si la cantidad de casos lo amerita, habrá que vacunarse contra el COVID-19, cuando se descubra la vacuna. Pide no ser paranoico ni ansioso, ni creer sin chequear todos los audios y cadenas de WhatsApp que circulan.

-¿Qué pensás de las medidas tomadas por el Gobierno para frenar la expansión del COVID-19?

Respecto de las medidas son las correctas desde el punto de vista operativo y epidemiológico. Lo que se quiere lograr con esta cuestión de mantener a la gente en una cuarentena es, por un lado, disminuir el contacto entre individuos y  que disminuya el contagio del virus; y por otro lado tener controlada la situación para no sobresaturar el sistema de salud, que tiene una limitación porque además existen otras patologías dando vueltas. Se busca disminuir el flujo de casos que puedan ser leves o manejables fuera de una institución de salud. Un 80 por ciento de infectados cursan con sintomatología leve, no requieren cuidados extremos. Hay un poco más del 10 por ciento que sí requiere un cuidado intensivo. Se busca que ellos tengan una plaza sin quitarle lugar a otras patologías. Si se meten en la bolsa a todos los supuestos infectados y concurren a hospitales va a colapsar el sistema.

La idea es disminuir el flujo, obviamente implica acorralar inversamente al virus, porque se quita la posibilidad de seguir desperdigándose. Esto logra no saturar el sistema de golpe, que no vengan tres mil casos en la primera semana. Los tres mil casos van a venir, si se compara con otras enfermedades respiratorias, no es muy distinto. Hay aproximadamente diez virus que producen los mismos síntomas que el coronavirus. Esto no quiere decir que cuando abran la puerta y podamos salir en unos días la enfermedad haya desaparecido.

¿Qué pensás que puede pasar con las medidas restrictivas después del 31 de marzo? ¿Por el tipo de virus se puede tener que extender?

No lo sé, desde el punto de vista del virus puedo decir que el comportamiento es independiente a lo que se haga. El virus hace siempre lo mismo, pero se puede modificar desde el punto de vista poblacional con estas medidas. Esto tiene que ver con la operatividad de tener un sistema que pueda sostener esta cuestión más que lo que pueda llegar a hacer el virus, que a la larga encuentra su equilibrio con la población, no sólo por nuestro sistema inmune o por herramientas preventivas como una posible vacuna, sino por la operatividad. Queremos ganar tiempo, necesitamos reforzar los sistemas y tener diagnósticos de certeza. No tenemos que asustarnos porque aumente el número de casos porque es una realidad: va a aumentar, porque es una enfermedad que cursa con un 80 por ciento de sintomatología que es leve, todos tuvimos gripes, esto termina siendo más o menos lo mismo.

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El virus no mata per sé, lo que mata son las enfermedades de base".

Lo que se ve en el mundo no tiene que ver con la fisiología o la biología del virus, sino con malas estrategias del sistema sanitario y estructuras sociales distintas a la nuestra. Nosotros tenemos un sistema público y solidario que parece de primer mundo pero que no lo es desde el punto de vista de recursos, pero el conocimiento de los profesionales es altísimo. Y nosotros contamos con la ventaja de tener el diario del lunes, porque vimos el avance del virus en otros países. Con esto estamos ganando tiempo. Quedarse en su casa es ayudar. La enfermedad es totalmente benévola, sí las personas que tienen enfermedades preexistentes tienen posibilidad de presentar complicaciones. Tampoco es condición que terminen de la peor manera.

¿Es un virus de fácil contagio?

El virus per sé no mata, lo que mata son las complicaciones y las enfermedades de base. Estamos ante un virus cuya proliferación en el organismo dificulta un estado previo que ya es complejo. Una persona que no tiene enfermedades respiratorias preexistentes o que no es grupo de riesgo cursa con el mejor pronóstico. La infectividad no es tan alta, por más que se vean casos por todos lados, hay virus mucho más contagiosos porque tienen diferente estructura y tamaño, por ejemplo el virus del sarampión, que tiene un rango de contagio por cada enfermo de cinco o seis personas. En el coronavirus es un rango variable, en cada región son diferentes, pero en promedio podría contagiar a 2,5 / 3 personas. No es de los más contagiosos. Las paperas contagian de una a nueve personas.

¿Qué pasa con los que se infectaron y están curados? ¿Están inmunizados? ¿Corren algún riesgo?

Inmunizados contra la variante que le entró en el organismo están siempre, como ocurre con cualquier infección resuelta. Pero con la gripe pasa que nos volvemos a engripar, por más que estemos inmunizados. Eso tiene que ver con mutaciones de los virus, cambios, no quiere decir que el sistema inmune haya fallado, ni que si yo paso la infección de corona no vaya a enfermarme otra vez. El virus aparece y se queda, lo que hacen las poblaciones es controlarlo. Va a haber una nueva infección, seguramente, por eso hay que pensar en herramientas como la vacunación, que aún no está disponible. Y no hay que asustarse, porque tiene un pronóstico de resolución más que prometedor.

Seguramente la vacuna contra el coronavirus va a entrar en un calendario de vacunación".

¿Pensás que de acá a un año nos vamos a tener que vacunar para prevenir esto?

Seguramente va a entrar en un calendario de vacunación, siempre y cuando los números reales al final digan que eso sea necesario, porque si terminamos con cifras bajas en comparación con la gripe, ¿por qué me voy a vacunar contra esto y no contra la gripe? Las estadísticas mundiales de la gripe son mucho más altas, acá no llegamos ni al talón todavía.

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¿Cuáles son?

Por año se infectan en el mundo alrededor de 4 millones y pico de personas por gripe y casi 200 mil fallecen. Y las complicaciones son las mismas, porque los grupos de riesgo son casi los mismos.

En 2009, con la Gripe A, la cifra de contagiados era mucho mayor y la reacción política, médica, sanitaria e incluso de los medios era bastante más baja que ahora con el coronavirus. ¿Qué pensás que pasó?

Totalmente. Primero, es un mundo distinto, hace once años el mundo comunicacional era distinto, no había Instagram, las redes se usaban muy poco. Ese es un factor importante respecto a la viralización de la información, no del virus (risas), eso es una variable a tener en cuenta. Hay trabajos científicos donde esa variable se tiene en cuenta, porque impacta en la sociedad y sus conductas: si hablamos del virus no son iguales exactamente, pero la vía de entrada es la misma y hay cierta correlación. El virus de influenza es más infectivo, y como estas enfermedades están apantalladas por otros virus respiratorios, cuando no se le pone la lupa no se sabe cuál es cuál. A los virólogos no nos sorprende que los números aumenten rápido, porque tenemos mejor tecnología, antes no había un mapa de casos.

No hay que ser paranoico ni ansioso. Por ahora hay pocos casos y sabemos qué hay que hacer".

¿Crees que va a haber precauciones que van a quedar incorporadas una vez que esto pase?

Hay recomendaciones clásicas para cuidarse de enfermedades infecciosas, pero no vamos a dejar de hacer un montón de cosas sólo por miedo a contagiarse, porque eso no es compatible con una vida mentalmente sana. Un amigo me preguntaba esto y yo le respondí que si le decía todos los virus que hay no salía más de la casa. Hay muchas prácticas que van a quedar incluidas en nuestro comportamiento, como lavarnos las manos, no dejar cosas sucias, desinfectar las superficies, pero no vamos a dejar de compartir el mate, hay que tener en cuenta que la prevención es buenísima pero la obsesión no lo es. Está bueno que a la gente le quede. Con H1N1 se dieron un montón de directivas que a los tres o cuatro años ya no cumplía nadie. Siempre recalco que hay que vacunarse, porque se cuida a los demás. No hay que ser paranoico, ni ansioso. Por ahora hay pocos casos y sabemos qué hacer y qué no hacer.

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Los profesionales tenemos la obligación de hacer bien nuestro trabajo, pero también de comunicarlo correctamente. Hay que desestimar esos audios que llegan por WhatsApp diciendo “yo soy un médico y acá se están muriendo todos” o cosas de ese estilo. Gente: un médico no haría jamás eso porque conoce la responsabilidad de su trabajo y comunicar una cosa así es ser irresponsable. Dudo que esos sean médicos.
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