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Habló la prostituta del tirador de Las Vegas: sus sádicas fantasías sexuales

La joven tiene 27 años y lo acompañaba cada vez que el asesino viajaba a la “ciudad del pecado”.

09 Octubre de 2017 07:40
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Una joven prostituta de 27 años rompió el silencio y confesó que mantuvo nueve encuentros sexuales con Stephen Paddock, el hombre de 64 años que una semana atrás acribilló a 59 personas y dejó más de 500 heridos en el brutal baño de sangre que tuvo lugar en la ciudad estadounidense de Las Vegas.

Paddock tenía 64 años. Se suicidó luego de la masacre.

El jubilado millonario se suicidó luego de la balacera en la misma habitación del hotel en el que le disparó a la multitud y sólo dejó una nota en la que había realizado los cálculos para optimizar el ataque y alcanzar a la mayor cantidad de personas. ¿Su target? Las más de dos mil personas que se habían dado lugar esa noche en el festival de música country Route 91 Harvest.

Murieron 59 personas y hay más de 500 heridos.

Una semana después de la masacre, su acompañante sexual rompió el silencio en diálogo con el tabloide The Sun y reveló detalles de los nueve encuentros que mantuvo en la “ciudad del pecado” con el asesino, entre noviembre del 2015 y junio 2016. El hombre viajaba siempre sólo, sin la compañía de su pareja, Marilou Danley.

La joven, que recibía un pago por encuentro de 7.900 dólares, lo describió como “obsesivo” y “paranoico”. “Acababa de salir de una relación muy abusiva cuando lo conocí y estaba empezando de nuevo a rehacer mi vida con sólo la ropa que llevaba puesta”, justificó la escort.

El arsenal con el que se preparó para la balacera.

Ella lo acompañaba a los distintos casinos de la ciudad, en los que Paddock solía apostar decenas de miles de dólares por jornada. “Pasábamos las noches apostando y tomando. Cuando él ganaba, nos íbamos a la habitación y teníamos sexo violento y agresivo”, reconoció.

“Él tenía un lado oscuro y raro. Pero, pese a eso, nunca hubiera imaginado que fuera capaz de hacer algo así”, advirtió, al tiempo que detalló: “Le gustaba atarme mientras teníamos relaciones y me pedía que gritara: 'Ayuda'”.