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"Hasta Siempre": el grito de amor y resiliencia de Moia y Barby Harvey

De la incubadora al papel: el legado de Joaquín contado por su mamá y su tía.

23 Abril de 2025 13:57
"Hasta Siempre": el grito de amor y resiliencia de Moia y Barby Harvey
Barby Harvey y Joaquín

El 11 de abril de 2019, el mundo de Barby Harvey cambió para siempre. Luego de 15 horas de dolorosas contracciones y una internación en una clínica privada de Corrientes, nació Joaquín. No fue el parto soñado. No fue la bienvenida esperada. Joaquín llegó en medio del abandono médico, de la soledad, de una violencia obstétrica que dejó marcas invisibles, de esas que ni el tiempo puede borrar.

La influencer correntina llegó a la clínica privada buscando amparo, protección, humanidad. Lo que encontró fue indiferencia, desidia y abandono: la médica que debía acompañarla no estaba. O estaba, pero ausente, lejana, insensible. En Corrientes, como en tantos otros rincones olvidados del sistema de salud, los partos no siempre son asistidos: "Durante el trabajo de parto no me sentí abandonada por la obstetra. El tema viene después del parto cuando la situación no fue la prevista y ella no nos da explicaciones al respecto, sino que salen todos corriendo; ahí es cuando quedó sola", recordó.

Barby Harvey relató los detalles de aquel 11 de abril, cuando su vida cambió por completo
Barby Harvey relató los detalles de aquel 11 de abril, cuando su vida cambió por completo

"Yo lo tuve a él de cuclillas. Entonces ella —la obstetra— estaba medio en el piso y me lo pasa. Yo lo quiero agarrar, me lo quiero enchufar a la teta. Ahí fue que me subí sola a la camilla, sujetándome las tijeras, porque ya habían clampeado el cordón, todo, parada", relató sobre esos primeros minutos posparto, en los que los profesionales de la salud salieron corriendo para salvar la vida del recién nacido. Joaquín llegó al mundo hipotónico, sin oxígeno y con graves secuelas neurológicas. En ese apuro, olvidaron a la madre.

Esa noche, después de la peor jornada de su vida, conoció verdaderamente a su hijo recién cerca de la medianoche. Lo vio, apenas por un rato, en la neonatología donde pasaría 60 días de su vida. Sesenta días en los que Barby y su pareja lucharon entre extracciones de leche, esperas angustiosas y visitas breves de apenas media hora. Sesenta días de amor en estado puro, de una maternidad forjada en la adversidad: dos padres y un hijo separados por la fría distancia del plástico de la incubadora y los monitores que marcaban la fragilidad de su existencia.

Joaquín y Sammy: una conexión de primos que va mas allá de la muerte 

No fue sólo la violencia obstétrica lo que los marcó. Fue también la violencia de un sistema que no ve, que no escucha, que no abraza. La historia de Joaquín no terminó allí. Vivió, creció, se hizo fuerte a su manera, hasta que su cuerpito dijo basta. Pero su historia, su amor, su luz, no murieron con él: su mamá pudo alzar la voz para contar su historia y acallar los fantasmas que la persiguen. 

La crueldad de las redes sociales

Barby Harvey pudo transformar su dolor en resiliencia, aunque fue un camino arduo luego de enfrentar también la crueldad de las redes sociales. Cuando "El Joaco de la gente" (como lo llamaban en las plataformas digitales) nació, la influencer tenía poco más de 20.000 seguidores quienes notaron su repentina inactividad: "Cuando me tocó atravesar todo eso, en ese momento estaba apagada. O sea, no tenía energía, ni ganas de dar explicaciones, ni contar. No terminaba ni de procesar yo como para contar en una red social", explicó al recordar su silencio digital.

Aunque la influencer destacó que su "verdadera comunidad" fue paciente, no todos reaccionaron con comprensión. Algunos inventaron historias sobre el nacimiento del bebé: "Abandoné esos 60 días, un poco más también, las redes y cuando le dan el alta, ahí recién subo la primera foto", contó. "Se me cuestionó, especularon un montón, dijeron barbaridades... que lo había tenido en mi casa, que me negué a una cesárea. La culpa recaía en mí, no en el profesional de salud o en el equipo médico. Claro, la culpa era mía, por el motivo que fuera. Imaginate: él no sabía y la culpa era mía. Y ahí fue cuando hice un descargo. Mi primer descargo en Instagram. Enojada, diciéndole a la gente que era maleducada", recordó. 

A través de Instagram, Barby Harvey pudo dar voz a su hijo y contar su historia

"Esto del parto respetado no es porque yo no quería una cesárea, que no se malinterprete. No quería una cesárea innecesaria, no quería que me hicieran una cesárea porque era más cómodo para el doctor. Sólo eso, yo no estaba en contra de que me hagan una cesárea si era necesario", quiso dejar en claro una vez más. En ese contexto, Barby nunca inició una denuncia penal contra la médica que la abandonó durante el trabajo de parto. Su descargo más directo llegó mucho después, en 2021. Una tarde cualquiera, mientras cuidaba a su bebé, se topó en Instagram con una publicación que felicitaba a su obstetra por el Día del Profesional de la Salud. En ese instante, la rabia volvió con fuerza. Por un minuto, su mundo se paralizó otra vez.

Fue a través de las palabras que encontró una forma de canalizar su enojo. Ese día, publicó por primera vez la historia completa, con nombre y apellido de la profesional. A partir de ese posteo, comenzaron a llegarle invitaciones a programas de radio y televisión. Al poco tiempo de haberle dado voz a Joaquín, él decidió dejar el plano terrenal. Pero su breve paso por la vida dejó una profunda huella. Hoy, su madre elige transformar ese amor en acción, y poner su historia al servicio de otras familias que atraviesan situaciones similares.

"Hasta siempre"

Hoy, Barby Harvey y su hermana Moia Harvey vuelcan ese dolor transformado en resiliencia en un libro: Hasta Siempre. Un cuento infantil nacido desde el duelo, la resiliencia y la necesidad urgente de honrar una vida que, aunque breve, fue inmensamente luminosa: "Este libro es un homenaje a Joaquín, pero también una forma de sanar", dice la creadora de contenido. Junto a Moia —quien además compartió con ella los días más crudos de la internación neonatal mientras también transitaba su propio embarazo— escribieron una historia inspirada en el vínculo inquebrantable entre Joaquín y su primita Sammy.

Una conexión que fue real, tangible: compartieron leche materna, abrazos, siestas, amor del puro. La vida los unió, la muerte no pudo separarlos: "La realidad fue que estábamos hablando un día con Barby, en ese chat de hermanas a la distancia. Barby hace rato quería escribir, no precisamente un cuento de niños, o sea, para niños, pero ella quería plasmar su experiencia de alguna forma", detalló cómo comenzó el proceso del cuento y continuó: "Me dice, vos que sos maestra jardinera, pensemos algo para niños. Y yo le digo 'y la historia de Sammy y Joaco es linda, podemos ver cómo hacer algo ahí en conjunto'. Y así se fue dando".

Según las autoras, "Hasta siempre" es historia, es un homenaje a la vida de Joaquín, es trascender, es sanar, es compartir y es un infinito dar

Allí empezaron reuniones, bocetos y mates de por medio para dar con el material deseado. Con la historia avanzada, las hermanas unieron una nueva persona al equipo para ilustrar, quien "entendió a la perfección" los deseos de un dibujo animado sin perder la esencia de los personajes reales. El objetivo del cuento va más allá de honrar la memoria de Joaquín. También busca visibilizar la discapacidad y la muerte infantil, dos temas aún considerados tabú incluso en una sociedad que se dice avanzada: "Se aborda por ahí de manera implícita la discapacidad. Si bien se mencionan cosas, por ahí un niño no va a entender. Hay detalles de su discapacidad y hay imágenes de fotos de él", explicaron. El libro está pensado para niños desde los tres años, ideal para compartir antes de dormir: "Queremos llegar a otros públicos, ¿por qué no escuelas? Una escuela donde hay niños con discapacidad. Quizá con discapacidad diferente, ¿no? Como ver hasta dónde podemos llegar".

Tanto Barby como Moia querían lanzar Hasta Siempre el 11 de abril, fecha en la que Joaquín habría cumplido seis años. Ese día comenzó la preventa: mil ejemplares fueron enviados a imprimir y estarán disponibles en un plazo de 30 días. Quienes deseen conseguirlo, podrán hacerlo a través del link en los perfiles de Instagram de ambas autoras.

Hasta Siempre no es sólo un libro. Es un puente entre el dolor y la ternura, entre el adiós y el amor eterno. Es un faro para otras familias que, en medio de la oscuridad de una pérdida, necesitan saber que no están solas. Que su dolor tiene nombre, que su duelo merece ser acompañado: "Aunque parezca que no, todo se termina. Porque al principio parece demasiado caótico, que la mochila te queda muy pesada, que la cruz es demasiado grande, que esos no son tus zapatos, no sé por qué te los pusieron ahí. Y que, aunque no esté bueno, porque la verdad es que no está bueno, no te voy a mentir, es horrible, uno aprende a sobrellevar", expresó Barby con el corazón abierto. Y agregó: "Esa pausa en la que uno entra cuando ni bien pasa esto, en algún momento salís de ahí, de alguna manera, con las herramientas que tengas y seguís. Obviamente, cada uno con las herramientas que tiene, porque no todos somos iguales. Que se puede y que hay que ponerle mucho amor y muchas ganas, ¿no? Y que el apoyo de la familia es clave, de los afectos en general, la familia y los amigos".

A través de un cuento infantil, se relató la historia inspirada en el vínculo inquebrantable entre Joaquín y su primita Sammy.

Moia, atenta, aportó su mirada: "Creo que a veces hacemos más con el silencio y el acompañar, y el llevarle el Franui que le gusta, y el cebarle un mate, y el estar presente. Acompañar, y acompañar ese silencio con amor y cariño, creo que es el consejo más sano que se puede dar. Porque todo se va a digerir en algún momento... hoy, mañana, dos, cinco, diez años, lo que sea que a vos como ser humano tardés en procesar ese momento tan decisivo en la vida de todas las personas".

Hoy, Joaquín vive en cada página ilustrada, en cada palabra amorosamente elegida por Barby y Moia. Vive en la risa de Sammy, que sigue nombrándolo como a un primo más. Vive en el acto de coraje de dos hermanas que eligieron transformar la ausencia en memoria viva.