La polémica en torno a la suspensión de una función teatral que Dady Brieva debía ofrecer en Salta levantó polvareda al cuestionar la ideología del humorista y su impacto entre el público. Sin embargo tras el revuelo de estas declaraciones, lo que quedó en evidencia fue la crisis que atraviesa la industria teatral.
La industria teatral no escapa la coyuntura.
Los cambios de hábitos de los argentinos en momentos de crisis no sólo se producen frente a las góndolas. Ante la necesidad de estirar el sueldo los individuos comienzan a reducir su gasto en entretenimiento y esparcimiento, lo cual también repercute en el ámbito teatral.
Con una caída del 23% en mayo, en lo que refiere a la cantidad de espectadores -con respecto al mismo período de 2015- se comenzó a delinear un panorama gris para el circuito teatral. Asimismo, la recaudación sufrió una caída de la recaudación nominal (con inflación incluida) del 47 por ciento, según reveló la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales (AADET).
La caída de espectadores se reflejó en todas las salas.
Por su parte junio se llevó una caída del 6% de asistentes y 11% en lo que tiene que ver con la recaudación en relación al año pasado. Esta mínima mejora sólo responde a que junio del 2015 fue realmente un mes muy malo para el sector.
Aunque las esperanzas están puestas en julio, uno de los meses más fuertes del año, dado que es escenario de las vacaciones de invierno y que gran cantidad de turistas del interior llegan a Buenos Ares. Asimismo, la oferta de espectáculos infantiles y la gran afluencia del público pequeño a las salas, genera expectativas.
Sebastián Blutrach, presidente de AADET no ve una recuperación en la industria teatral para este año.
"Pese a qué es evidente la situación que está viviendo la gente, a la hora del entretenimiento las personas aún intentan no prescindir de una salida al teatro", explica a BigBang Sebastián Blutrach, Director del Teatro Picadero y presidente de AADET. "En vacaciones de invierno todas las salas crecen en número de espectadores", explica con respecto a sus expectativas para el desempeño teatral en julio. Sin embargo, desde los personal, el ejecutivo no ve que para este año haya una recuperación de la industria teatral.
Entradas en alza
A pesar que desde AADET indican que el precio promedio de las entradas bajó, con respecto al año pasado mayo registró un aumento del 23% y un 19% en junio llegando a los $ 360 promedio.
El precio promedio de las entradas llegó a $ 360 en junio.
"Nosotros no somos formadores de precios. El límite es el espanto del espectador que llega a la boletería", indica Blutrach. "Por ello sólo tenemos una percepción de hacia donde debemos movernos en cuanto a los valores".
El aumento de las tarifas de luz también atenta contra los teatros que deben hacer frente a subas de hasta el 700%. El impacto ya representa 17% de la participación de un teatro por la venta de entradas.
Los empresarios teatrales confían en el nuevo ministro de cultura porteño, Angel Mahler.
"Quedó en claro que no va a haber subsidio o una tarifa diferencial. La respuesta tiene que salir desde el Gobierno. Creemos que con el cambio de ministro en Cultura porteño se puede activar una solución", anunciaron en AADET en referencia al remplazo de Darío Lopérfido por Angel Mahler. "Ya hay un entendimiento y es probable que se arribe a alguna resolución".
Teatro infantil Vs. Teatro Adulto
En vacaciones de invierno si hay algo que brillan son los espectáculos infantiles. En materia de demanda los "tanques televisivos" como Topa, Peppa Pig, Piñón Fijo o Las canciones de la granja que se llevan el mayor número de espectadores. Allí los valores más altos promedian los $ 536.
Ranking de Espectáculos Semana del 11 al 17-07-16.
"Cada vez le cuesta más a los espectáculos 'artesanales' poder captar la atención de los chicos que sólo quieren lo que ven en la televisión", explica Blutrach. "Hoy hay un circuito más pequeño que fue totalmente barrido por los shows más grandes".
Contrariamente si de obras para adultos se trata, lo mediático tiene corto vuelo. "El público en capital es más exigente y pide calidad. Asimismo, en períodos de crisis el humor y la comedia están primero en demanda en detrimento del drama", concluye Blutrach.