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Helvecia, el pueblo en donde todas las puertas se cerraron de golpe

A 94 kilómetros de la capital santafesina, tiene casi 8 mil habitantes y se alza a orillas del río San Javier. Se lo conoce como “La capital mundial del amarillo”, por la Fiesta Nacional de pesca que tiene lugar allí.

10 Enero de 2016 17:17
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En paralelo a la intensa búsqueda de los dos prófugos restantes, la vida de los distintos pueblos por los que van pasando se transforma a su paso, dándole notoriedad a pequeñas localidades hasta ahora casi ignotas para la gran mayoría.

Esta vez es el turno de Helvecia, localidad cabecera del departamento de Garay, distante 94 kilómetros al norte de la capital santafesina, sobre la ruta provincial 1.

El ingreso a la ciudad donde ahora buscan a Lanatta y Schillaci.

Fundada el 25 de enero de 1864 por Teófilo Romang, quien tras un acuerdo con el gobierno provincial recibió tierras para establecer una colonia agrícola con familias extranjeras, la comuna recibió su nombre en homenaje a Suiza (o Confederación Helvética), país de origen de sus fundadores.

Privilegiada con un paisaje costero de gran belleza, la ciudad se alza a orillas del Río San Javier, en el centro este de la provincia de Santa Fe, integrando el Corredor Turístico de la Costa.

El río San Javier, uno de sus principales atractivos.

Atractiva por su imponente naturaleza, entre sus paseos se destaca el Muelle Flotante, capaz de aunar la historia y el encanto paisajístico que lo convierten en símbolo de una localidad que, según los números del último censo, cuenta con 7.994 habitantes, divididos en 3.976 varones y 4.018 mujeres.

Islas y riachos constituyen otra atracción turística, mientras que, en lo que a la actividad cultural se refiere, sobresale el Museo Histórico.

Playa y actividades recreativas a la vera del río atraen a los turistas.

Abierta a los visitantes, Helvecia cuenta con una buena estructura de alojamiento y servicios, como así también una variada oferta gastronómica en comedores y restaurantes.

La ciudad cuenta con una amplia oferta de alojamiento y servicios.

Claro que los amables habitantes de este lugar que tiene en la Fiesta Nacional de pesca del amarillo -un certamen tradicional del litoral santafesino organizado por el Club de caza y pesca El Halcón, que en su última edición entregó más de 300 mil pesos en premios- a su máxima celebración, nunca hubieran esperado “hospedar” a dos de los prófugos por la masacre de General Rodríguez.

 “Hasta hace unos años la gente vivía con las puertas abiertas, de a poco nos vamos acostumbrando a la delincuencia”, expresó uno de los vecinos, en tanto otro reconoció que “no quisiera estar en el momento que estuvo el vaguito (sic), pero sí, tal vez eso te da miedo” consultados sobre cómo era la vida en el pueblo.

Apenas dos testimonios que no hacen más que resumir el sentir de esta población, que vive en carne propia lo que hasta hace apenas horas vivían algunas de sus ciudades vecinas.

Y que, al igual que ellas, seguramente están lejos de disfrutar esta repentina fama, y añoran más que nunca la rutina que tenían hasta que la llegada de Cristian Lanatta y Víctor Schillaci cambió sus vidas para siempre.