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Hijos del femicidio: las otras víctimas de la violencia de género

A horas de la marcha al Congreso bajo la consigna “Ni una menos”, la otra cara del femicidio son los hijos de las mujeres que sufren de violencia de género. El caso Maximiliano Monzón, el hijo del boxeador, y la trama oculta que desnuda un drama familiar.

03 Junio de 2015 07:01
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Cuando se habla del horror del femicidio no sólo implica la muerte de una mujer, sino que la muerte de ella impacta en todo el entorno de la víctima y sus hijos son las víctimas colaterales que más sufren. El año pasado 330 chicos perdieron a sus madres después de que ellas fueran asesinadas por violencia de género. 

La cifra casi se sextuplica cuando se contemplan los hijos e hijas que perdieron a sus mamás durante los últimos siete año, entre 2008 y 2014: un total de 2196, entre ellos 1403 menores de edad.

Uno de los hijos del femicidio es Maximiliano Monzón. Se trata del hijo del famoso boxeador que asesinó a su esposa, Alicia Muniz, quién cayó desde el balcón luego de recibir una golpiza. por parte del deportista. El 13 de febrero de 1988, el día que su madre falleció, Maximiliano tenía 6 años y su vida dio un giro de 180 grados. Maximiliano, en una entrevista brindada a diario Perfil, contó que se “produce un sentimiento contradictorio al recordar a su padre; entre admiración y rechazo”. Incluso durante estos días, al hablarse sobre la concentración por #NiUnaMenos el joven de 33 años se encuentra angustiado y sensible por la problemática. Sus allegados contaron a BigBang que además de mantener su tratamiento para recuperarse de las adicciones, “intenta mantener una vida normal pero estos temas lo afectan mucho”. 

Maximiliano Monzón y sus recuerdos de infancia

Otro caso inolvidable es el ocurrido el domingo 21 de septiembre de 2014, cuando el cuerpo de Paola Acosta, de 36 años, fue encontrado en una alcantarilla, en el barrio Alto Alberdi, en Córdoba. A su lado, lloraba Martina, su hija de un año y nueve meses. El año pasado Martina y otros 329 chicos más quedaron sin madre después de que ellas fueran asesinadas. Se trató de 200 nenes menores de edad, 79 adultos y otros 40 de quienes no se tiene registro, según revelan los datos de la Casa del Encuentro.

Sobre este tipo de víctimas colaterales la licenciada Silvia Gabriela Lommi explica en el libro “Por ellas”, del Observatorio de Femicidios en Argentina "Adriana Marisel Zambrano" que “la violencia hacia la mujer es dirigida, pensada y fundamentada en principios patriarcales que avalan la supremacía de varón. Es el sometimiento de la mujer y a los hijos e hijas, a quienes el violento considera de su propiedad”. Y agrega enfatizando que “los niños y niñas víctimas del femicidio deben sobrevivir al horror, han sido víctimas de la violencia y testigos del asesinato de la propia madre. Han convivido con la violencia extrema, en muchos casos la han padecido físicamente, sexual y en todos los casos psicológicamente. Han estado en permanente situación de riesgo, en una alerta continua”.

Paola Acosta fue arrojada sin vida a una alcantarilla y su hija sobrevivió junto a ella

En su propias palabras, Rodrigo de tres años, hijo de Paula González, dice: “Mi papá Dani quemó a mi mamá”. La joven asesinada estaba embarazada cuando murió el 22 de junio pasado en la ciudad de La Plata por las graves quemaduras que sufrió durante una discusión que mantuvo con su pareja. Rodrigo tiene otros dos hermanos y son cuidados por sus tías. 

Paula estuvo agonizando ocho días en el Policlínico San Martín de la ciudad de La Plata. Allí llegó con un embarazo de siete meses y el setenta por ciento de su cuerpo quemado. Pero no resistió. El 22 de junio del 2014 falleció a raíz de las gravísimas lesiones que había sufrido. Los nenes quedaron al cuidado de sus tías.

Los hijos de Paula son cuidados por sus hermanas

Otro caso es el de Daiana Barrionuevo, que fue asesinada por su marido a golpes en la cabeza con una maza, dentro de la casa que compartían en Moreno. Luego, introdujo el cuerpo en una bolsa y lo arrojó a un río. Para completar la obra, denunció que la mujer se había fugado del hogar con un amante. Así ganó varios días de impunidad, pero a mediados de enero el cadáver fue hallado y el femicida detenido.  Tres chiquitos, dos varones de siete años y una nena de dos, quedaron sin madre, a cuidado de su abuelo y tías.

Según cuentan sus familiares, su ex Iván Rodríguez no aceptaba que la relación sentimental con Daiana se había terminado. Entonces, en diciembre planeó el femicidio al detalle. Incluso en el momento de la supuesta desaparición Rodríguez le dijo a sus hijos que "Lo que pueden pedirle a los Reyes Magos es que su mamá vuelva a casa". Sin embargo, a pesar de los recaudos, días después el cadáver fue hallado y el sujeto encarcelado. 

Los tres chicos quedaron a cargo de su abuelo Osvaldo, viudo y jubilado, y viven en una humilde casita de Moreno. Ayudan en la difícil tarea las tías de los nenes. En marzo, el hombre pidió ayuda públicamente, porque llegaban las clases y comenzaba el frío, así que requería útiles y vestimenta. La Municipalidad de Moreno le brindó a la familia una ayuda económica, mientras a través de redes sociales se moviliza una denominada "Cruzada solidaria por Brisa, Tobías y Elías".

José Arce fue detenido por el asesinato de la madre de sus hijos y ahora él los cuida

Pero lo polémico surge cuando los pequeños quedan al cuidado de los familiares del acusado responsable del crimen. Es el caso de José Arce: está condenado por el crimen de su esposa Rosana Galliano y que ahora goza de prisión domiliciaria junto a los hijos de la pareja por decisión arbitraria de la justicia. 

La lista de víctimas colaterales continúa y hoy en el reclamo de #NiUnaMenos también se pedirá por ellos. 

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