En la primera sentencia a un empresario por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura, el ex dueño de la empresa La Veloz del Norte, Marcos Levin, fue condenado a 12 años de prisión por privación ilegítima de la libertad y tormentos. En el marco de la misma causa, también fueron condenados los ex policías Enrique Cardoso, Víctor Hugo Bocos y Víctor Hugo Almirón.
Levin fue acusado por la detención ilegal y la tortura de uno de sus empleados.
El caso por el cual se lo condenó ocurrió en 1977 en Salta, cuando Víctor Cobos, empleado de La Veloz del Norte, fue detenido y conducido a una comisaría. El hombre integraba la comisión directiva de la delegación Salta de la UTA y, con el fin de apresarlo, se lo acusó de una supuesta estafa a la empresa presidida por Levin.
Cobos sufrió torturas por parte del comisario Cardozo y los policías Bocos y Almirón (este último también empleado de La Veloz), quienes lo obligaron a firmar una declaración en la que aceptaba el delito de lo que lo acusaban y responsabilizaba a otros compañeros de trabajo. Luego fue derivado al penal de Villa Las Rosas, donde permaneció tres meses.
Para el fiscal Carlos Amad, éste "es un caso paradigmático de represión militar con participación empresarial", ya que "se armó una causa para detener la actividad gremial de los trabajadores". Su par Francisco Snopek, mientras tanto, remarcó que "se ha utilizado la estructura represiva del estado en contra de un grupo de trabajadores y dirigentes gremiales".