La masacre de Hurlingham es un caso más que visibiliza un drama en aumento. Se trata de los asesinatos múltiples, y en promedio se registran un 25% más de casos año tras año.
Se trata de las víctimas colaterales en los ataques de violencia de género. Son las personas asesinadas cuando quedan en la denominada “línea de fuego”, porque intentan salvar al objetivo principal del agresor o que también resultan atacadas para profundizar el daño a la mujer que consideran de su propiedad.
Así ocurrió en el séxtuple crimen que cometió Diego Loscalzo, donde el domingo por la noche asesinó a su pareja, tres cuñados, su suegra y el bebé en gestación de otra de ss cuñadas, que daría a luz al día siguiente.
En el centro el asesino, a su lado, tres de sus víctimas.
“En el instituto Wanda Taddei observamos un crecimiento del 25% cada año en la cantidad de hechos con femicidios múltiples", dijo en Diario Popular, el abogado Julio Torrada, titular del Instituto Wanda Taddei, y sostuvo que "los feminicidios representan un flagelo que requiere de políticas integrales y el compromiso de la sociedad entera, para así comenzar a desandar esta lógica de hombres que arrebata vidas, ya no sólo de parejas o ex parejas, sino también de sus seres queridos”.
Loscalzo tiene 35 años y trabajaba en Metrovías.
A su vez explicó que esto significa que se incrementan anualmente los casos donde no solo resultan asesinadas mujeres, sino también personas de su entorno, principalmente familiares o nuevas parejas. Allí se deposita la violencia patriarcal y machista”, dijo el abogado.
Desde hace algunos años, se viene analizando el lamentable drama de los femicidios vinculados, como se denomina a los homicidios cometidos por el hombre violento contra personas que mantienen un vínculo familiar o afectivo con la mujer para castigarla y destruirla psicológicamente.
Por último, sostuvo que “una de la derivaciones de este drama cotidiano es que muchas niñas y niños resultan sin madres por los femicidios”.