13 Marzo de 2017 21:03
Con un poco de temor, despidieron a sus dos hijos seguros de que en Olavarría iban a encontrar la felicidad que tanto habían estado anhelando, y que resumía en ver a su ídolo, el Indio Solari. Sin embargo, cuando Claudia Elizabeth Rubén y su marido, Carlos Alberto Ada, se enteraron de la locura que se estaba viviendo en la ciudad, el miedo por la suerte de sus chicos se convirtió finalmente en desesperación.
Como muchos otros padres que sabían que sus chicos habían viajado con la ilusión de estar cerca de su ídolo, Claudia y su marido, observaron con sorpresa y miedo en su televisión la catástrofe que estaban viviendo muchos jóvenes después del recital. Alterados y casi con pánico, intentaron comunicarse telefónicamente con sus dos hijos. Pero no respondían. El mundo se derrumbaba.
Muchas de los fans no podían comunicarse vía celular. No había señal.
A muchos de los que fueron a Olavarría, les pasó que sus celulares no funcionaban; no tenían Internet, ni señal, e incluso, en varios casos las estaciones de servicios estaban colapsadas o cerradas, y por eso, la comunicación con sus familiares era desesperadamente imposible.
A los hijos de Rubén les ocurrió lo mismo, y mientras sus padres los llamaban esperando un "estoy bien" como respuesta, los jóvenes no conseguían que sus celulares lograran funcionar.
Luego del recital, los espectadores se enteraron de las muertes y enojados destrozaron la ciudad.
La llamada
Aterrado por la locura que se estaba viviendo y harto de querer hablar con su madre y no poder, el hijo mayor se comunicó con sus padres y confirmó que se encontraba en buen estado, pero que aún no sabía donde estaba su hermana más pequeña.
Claudia y Carlos siguieron llamando reiteradas veces desde Berazategui, de donde era oriunda la pareja, al celular de su hija de 15 años, quien nunca contestó la llamada.
A punto de volverse locos y sin haber dormido una sola hora, el domingo por la mañana decidieron agarrar el auto, un Ford Taunus Coupé, y salieron a la ruta en busca de su hija menor. Mientras iban escuchando la radio, ambos asimilaban las informaciones que circulaban sobre personas muertas, avalanchas, gente perdida, falta de combustible y la imposibilidad de usar celulares.
El domingo por la mañana, la ruta 3 estaba colapsada por la gente que volvía de Olavarría.
Hasta que en un momento todo se volvió oscuro y ya nada tuvo demasiado sentido. El Ford Taunus que circulaba por la colapsada ruta 3 a la altura de San Miguel del Monte, en una maniobra de sobrepaso, perdió el control y se impactó de frente contra un Ford Fiesta en el que viajaban cuatro personas.
Rubén y Ada chocaron de frente contra otro vehículo en la ruta 3.
Carlos Dinapoli, Exequiel De Mergoci, Florencia Russo y Carlos Russo, circulaban en el auto que venía de la mano de enfrente y casi no tuvieron tiempo de darse cuenta lo que iba a pasar con ellos. Crash, golpes, dolor. Luego, los bomberos los socorrieron y los derivaron al Hospital Zenon Videla Dorna, donde quedaron internados por politraumatismos graves.
En este auto venían 4 personas, quienes están internados por politraumatismos graves.
Lo cierto es el destino para algunos está escrito, y el final para matrimonio que buscaba a sus hijos no fue el mismo que el de las otras víctimas. Claudia Rubén falleció en el acto, mientras que su marido permanece internado en terapia intensiva con graves heridas en los miembros inferiores, en el mismo hospital que los otros heridos.
Claudia Rubén falleció en el acto y su marido permanece en terapia intensiva.
Cuando los dos hermanos lograron encontrarse, el matrimonio ya había tenido el accidente, y prontamente fueron avisados de la tragedia. Ahora, los dos chicos y su hermano más pequeño, quien asiste a la primaria, tendrán que enfrentarse nuevamente al dolor; y también a la esperanza de que su padre sobreviva y se recupere. pero nada será igual. Nunca.