Big Bang! News
Más

Hospital Penna: “Agregamos una terapia intensiva porque las clínicas están saturadas”

La médica María Cristina Stella describe la situación de los hospitales de la Ciudad en medio de la pandemia de coronavirus.

por Matias Ayrala

08 Mayo de 2021 08:00
1620340598997
1620340598997

La segunda ola de coronavirus continúa golpeando fuerte a Argentina. El Área Metropolitana de Buenos Aires y las grandes ciudades del Interior siguen sumando los casos diarios de a miles. María Cristina Stella es médica del Hospital Penna, en Parque Patricios, y coordina el programa Sumar. Todos los días, observa a los pacientes que llegan contagiados de COVID-19 y en grave estado.

Con experiencia en los medios de comunicación ya que, además de médica, es periodista, Stella afirma, al comienzo de la entrevista con BigBang: “Estamos perdiendo la batalla de la comunicación en medio de la pandemia de coronavirus”.

-Desde su lugar de profesional de la salud y de comunicadora, ¿qué ve en los últimos meses?

-Más allá de que estamos estresados, porque no solamente somos médicos sino que somos seres humanos, todos los días vemos compañeros contagiados, compañeros fallecidos... y es muy difícil. Hace pocos días, en el Penna fallecieron el Jefe de Departamento de Diagnóstico y tratamiento y una enfermera. Pero también esta pandemia nos pega en nuestra vida personal porque tenemos amigos contagiados. Yo he perdido a mi cuñado. Él era un importante neumonólogo, ya estaba jubilado como director del Muñiz y se llamaba José Eduardo del Mármol. Su fallecimiento fue en octubre del año pasado por Covid, tras un mes de internación, en donde las pasó todas.

-Son golpes muy duros.

-Sin dudas. A ese dolor, a ese estrés, al cansancio físico y mental, se le suma que estamos sobrepasados de trabajo. Cuando pensábamos que íbamos a sacar la cabeza de la trinchera, se nos empezó a llenar de agua. Esta película ya la vimos con lo que pasó en el hemisferio norte. Cuando la gente empezó a ir de vacaciones, la relajación, las reuniones sociales, las fiestas de fin de año y demás fue un cóctel que hizo que los casos repunten. Más allá de que el virus tiene más contagiosidad.

-¿Qué cambios vio entre las internaciones de este año a diferencia de los del anterior?

-El virus le está pegando a gente cada vez más jóvenes y eso lo vemos en las internaciones.

Cruda situación en el Hospital Piñero: "Tenemos a los pacientes internados en el pasillo"

-¿Cuál es la situación en el Hospital Penna?

-La situación en el Penna es que hemos tenido que agregar una sala de terapia intensiva. Esa escena se repite en todos los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires: Estamos cortos de camas. Estamos con mucha demanda y con el sistema privado totalmente saturado. Entonces los pacientes de obras sociales y prepagas son derivados y son internados en hospitales públicos de la Ciudad y también del Conurbano. Incluso del 2° cordón.

-¿Cómo está el personal de salud?

-En un estado de agotamiento total. Tuvimos un leve respiro en el verano, pero repuntó mucho peor. Ahora se pueden agregar camas, se pueden sumar respiradores, pero no hay personal. Unos están agotados, otros enfermos y otros murieron en el medio de la pandemia. Formar a un especialista en terapia intensiva lleva años y tenemos una merma de personal muy importante. Los médicos y enfermeros que se han enfermado han quedado con muchas secuelas. Eso se nota mucho en enfermería. Cuando se empiezan a contagiar los enfermeros, que son quienes están muy en contacto con los pacientes en todas partes, es muy difícil de parar y también de suplantarlos. En nuestro hospital hay muchos enfermeros que han quedado con secuelas y no han podido volver a trabajar. También ha pasado con médicos. Hay mucho menos personal que antes. Esto es algo que venía de arrastre y ahora es más grave. Antes de la pandemia, cuando algún médico renunciaba o se jubilaba no se le buscaba un reemplazo, entonces esa situación se agravó.

-En medio de la campaña de vacunación a nivel nacional, ¿cuál es la situación de los trabajadores de la salud en la Ciudad de Buenos Aires?

-No todo el personal de salud ha sido vacunado por el Gobierno de la Ciudad. Quedó gente con una sola dosis que se ve expuesta al virus todos los días. Ya no se vacuna en los hospitales de la Ciudad tampoco.

-¿Qué siente cuando escucha a los críticos de las restricciones impuestas por el Gobierno Nacional?

-Es muy triste. Mientras escuchamos a los que están en contra de las medidas del Gobierno Nacional, a los que no creen en el virus, al grupo de periodistas que dicen barbaridades, para no hablar de los diputados y políticos que quieren hacer de cuenta que no pasa nada. Creo que desde un sector político y social se “bolsonarizó” el discurso.

-¿Y qué siente cuando sale a la calle y ve que personas sin barbijos, sin distancia social y sin respetar las medidas sanitarias?

-Vivo en el barrio de Belgrano, hace un rato pasé por la esquina y vi a no menos de ocho personas sentadas en varias mesas de un bar, todas sin barbijos y a muy poca distancia. Entonces eso a los trabajadores de la salud nos afecta muchísimo porque eso aumenta los contagios, los hospitales llegan al tope y las camas se agotan rápido. Sabemos que es muy variable la ocupación pero jugar con eso es un peligro. Y la meseta de contagios está demasiada alta.

-¿Qué le diría a las personas que no se cuidan?

-Que es muy importante cuidarse. Pero no sólo por COVID. Este es el peor momento para tener un infarto, para un abdomen agudo o lo que sea. Son cosas que pueden pasar, pero las camas se agotan para todos aunque no sean pacientes de riesgo o sean personas muy jóvenes. Las cifras del Gobierno de la Ciudad muestran cómo fueron creciendo abruptamente la ocupación de camas UTI. Entonces no estamos bien.

La cruel realidad del Tornú: “Hay cada vez más casos graves de personas de 30 años sin enfermedades previas”

-¿Qué piensa que habría que hacer?

-Lo primero que hay que hacer es terminar en la salud con la presencialidad escolar en las escuelas. Eso es un peligro porque no es cierto que los niños no se contagian y no sufren. Los niños se contagian y contagian. Y eso lo vemos todos los días en el Hospital Gutiérrez donde tenemos niños y niñas internadas. También lo vemos en el Elizalde y el Garrahan con casos de chiquitos en terapia, con muchos con respirador. Y la circulación del virus ocurre porque van al colegio y después de ahí, se juntan en sus casas en transporte público con un familiar, y además se juntan en la casa de compañeritos, los adolescentes van a jugar al fútbol y los más chiquitos hacen los cumpleaños. Entonces toda esa actividad social están aparejados a la actividad presencial en las escuelas. Y los médicos lo vemos en las internaciones de niños y adolescentes. Toda la evidencia científica sobre la actividad escolar está publicada en The Lancet, quien niegue eso, es porque no quiere darse cuenta. Para los trabajadores de salud, hay que cerrar más y terminar con algunas actividades. Por supuesto, los cierres no tienen que ser como el año pasado porque aprendimos y porque algunas provincias están mejor. Pero en el AMBA la situación es muy delicada. Si seguimos así, algún alto costo vamos a pagar. Primero los médicos por vivir con este nivel de estrés y también el resto de las personas por no respetar las medidas sanitarias.

10