Se cumplen diez días de los incendios forestales en Córdoba, que abarcan ya una extensión geográfica de más de 100 kilómetros, con varios frentes abiertos. Los primeros focos se registraron en la localidad de Villa Albertina, departamento de Ischilín, los más recientes, en la zona del cerro Pan de Azúcar, cerca de Cosquín.
De acuerdo con el parte oficial del gobierno cordobés, la ruta nacional 38 permanece interrumpida desde Capilla del Monte hacia el norte y la ruta provincial 17 está cortada entre Punilla e Ischilín. El domingo se evacuaron 150 viviendas: siete casas quedaron completamente inutilizadas. Alrededor de 90 bomberos trabajaron sin descanso desde la madrugada de hoy, lunes 24, en las localidades de Escobas, La Manga, Charbonier y el Carrizal. De este modo, lograron evitar que el fuego cruce la ruta nacional 38 hacia el sur.
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En este momento, el foco del incendio es el cerro Pan de Azúcar. Nada menos que nueve cuarteles de bomberos trabajan coordinadamente tratando de extinguir las llamas. En este marco desesperante, fueron evacuados los vecinos del barrio San José Obrero y están en peligro las localidades de La Calera y Bialet Massé, debido a que fuertes vientos siguen propagando el fuego. Aviones hidrantes de la Nación y de la provincia se suman al esfuerzo por evitar mayores desgracias.
¿Cuál es la razón de estos terribles incendios? Los medios cordobeses ponen el foco en los dueños de campos de Ischilín y en la posibilidad de que se hayan ido de madre algunas quemas de pastizales realizadas a efectos de "limpiar" el terreno. En otras palabras, lo mismo que ocurre en delta del Paraná: una mezcla de estupidez con voracidad.
"El panorama es más alentador, ya que trabajamos muy bien. Se paró el fuego en la Ruta Nacional y ahora se fue para arriba de la montaña. Lo paramos bastante, estamos mucho mejor", aseguró a Telam Claudio Vignetta, secretario de Gestión de Riesgo Climático y Catástrofes.