23 Febrero de 2017 05:36
En un nuevo episodio de gatillo fácil, un adolescente de 18 años murió en la localidad cordobesa de Villa Carlos Paz al recibir un disparo en el pecho en un control vehicular policial.
Franco, de 18 años, fue ultimado de un disparo en el tórax.
Todo comenzó cuando Franco Amaya, quien se trasladaba en motocicleta junto a su primo Agustín, se topó con el retén policial. Como los frenos de su vehículo no funcionaban bien, intentó aminorar la velocidad a medida que se acercaba a los agentes.
"El policía salió de repente, un metro antes de que lleguemos y sacó el arma", relató Agustín. "Mi primo quiere frenar y cuando empezó a hacer los rebajes, el policía le disparó de una, sin pensar nada. Le disparó al lado, vi que le empezó a faltar el aire y a agonizar".
El joven denunció además que los policías quisieron impedir que llevara a Franco al hospital en su moto, pero que finalmente pudo cargarlo en un automóvil y trasladarlo a la guardia del Hospital Municipal Gumersindo Sayago, donde murió.
Imputación e incidentes
Amaya, quien no estaba armado ni presentaba antecedentes penales de ningún tipo, trabajaba como empleado en un lavadero y se encontraba a punto de finalizar un curso de peluquería.
Manifestantes lanzaron huevos y piedras a la Departamental Punilla en protesta por el hecho (foto: La Voz del Interior)
Por el hecho, el oficial Rodrigo Velardo Bustos, de 25 años, fue detenido e imputado por el delito de homicidio calificado. Además, su compañero en el control -un oficial de rango superior de quien no trascendió el nombre- recibió una acusasión por "omisión de deberes de funcionario público".
Rodrigo Velardo Bustos, el policía asesino.
Mientras tanto, indignados por el asesinato, un nutrido grupo de vecinos lanzó huevos y piedras a la fachada del edificio de la Departamental Punilla, en Villa Carlos Paz.