En 2020, la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) decidió cambiar el nombre del histórico “Día del niño” por el de “Día de las infancias”. Este importante cambio tuvo como objetivo representar el mundo heterogéneo de la niñez y visibilizar las múltiples infancias que habitan en nuestro país. Por esta razón, Agosto es considerado el mes de los más chicos, a pesar de que las infancias atraviesan un "presente dramático".
Aldeas Infantiles SOS Argentina, organización referente en atención directa y personalizada a la niñez, es una organización no gubernamental que trabaja desde hace más de 42 años en garantizar los derechos de los más chicos. Según le detallaron a BigBang, en Argentina 6 de cada 10 niños viven en situación de pobreza, mientras que 2 de cada 10 conviven con familias que no alcanzan siquiera a cubrir la canasta básica de alimentos.
Estos datos surgen del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, pero no son los únicos: se estima que 4 de cada 10 niños y niñas se alimentan en escuelas o comedores comunitarios. Por otra parte, la Argentina es el país con mayor desempleo juvenil de la región. De quienes trabajan, el 60% lo hace en situación de informalidad, uno de los principales predictores de exclusión social.
Pero para las jóvenes mujeres, este desafío es aún más grande. En nuestro país, 2 de cada 3 jóvenes (15-29 años) que ni estudian ni trabajan son mujeres que están realizando trabajo de cuidado, invisibilizado y no remunerado. A su vez, 7 de cada 10 niños sufre algún tipo de violencia a diario en su hogar. problemática que no distingue clases sociales ni géneros y que supone graves consecuencias en el desarrollo físico y emocional de niños, niñas y adolescentes.
En 2020, casi el 100% de las denuncias registradas fueron por violencias hacia el interior de las familias. En el 70% de los casos, el agresor fue el padre o el padrastro. Al problema transversal de las violencias ya existente, se sumó el grave impacto de la pandemia de COVID-19. Desde Aldeas sostiene que medidas como el aislamiento y la pérdida de los lazos comunitarios en el marco de una crisis económica que se sigue profundizando, generaron un incremento de la tensión en las familias.
Esto causó un aumento significativo de las situaciones de violencia al interior de las familias. En este contexto, el trabajo infantil constituye una de las más graves violaciones a los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes. Y en Argentina se estima que el 10% de niñas, niños y adolescentes de 5 a 15 años realiza actividades productivas: la cifra asciende al 19,8% cuando se trata de áreas rurales.
Este portal dialogó con Alejandra Perinetti, Directora nacional de la ONG Aldeas Infantiles SOS Argentina, quien señaló que el día de las infancias estuvo lejos de ser una jornada en la que pudieron dedicar a los festejos debido a que muchos chicos en el país viven en estado de indigencia, es decir, "pasan hambre". "La situación de la niñez en el país es una deuda pendiente desde hace muchos años", explicó.
Y agregó: "6 de cada 10 niños viven en situación de pobreza y 2 de cada 10 en estado de indigencia. No reciben la alimentación adecuada y muchas veces comen una vez al día. Y la pandemia agravó esto significativamente. Esta pobreza no solo es económica, sino también estructural, dejándolos sin educación. En argentina, el 40% de los chicos no tuvieron la posibilidad de acceder a la educación formal en 2020".
Por esta razón, para Perinette es necesario que se "implementen políticas públicas" que apunten a garantizar los derechos de los más chicos. "7 de 10 niños y niñas viven situaciones de violencia intrafamiliar a diario. Los niños también están expuestos a violencia institucional. Por ejemplo, por estar debajo de la línea de pobreza no tienen acceso a la salud ni a la educación", resaltó la directora de Aldeas Infantiles.
Según explicó, las infancias y adolescencias fueron uno de los grupos etarios más afectados por las medidas tomadas para la contención de la pandemia. Debieron atravesar meses de encierro, sin encuentros con amigos, sin garantías de educación, sin cuidados en salud, con escaso o nulo contacto escolar y social: "La situación de la juventud también es grave, porque es difícil para los jóvenes insertarse en el ámbito laboral",
En ese sentido, Perinette detalló que la Argentina lidera el ranking de desempleo juvenil en la región. La pandemia agravó la crisis que padecen los más chicos, sobre todo de aquellos que carecen de acceso a la salud. También bajó la calidad alimentaria y ha subido la inseguridad alimentaria. Muchos niños reciben la alimentación en el colegio y el cese de las clases durante gran parte de la pandemia los ha perjudicado", remarcó.
Y sumó: "Pero también hubo otro perjuicio que fueron los problemas de salud mental que acarreó el confinamiento y la incapacidad de los hogares para afrontar situaciones tan complejas, haciendo visibles que los padres tuvieron que actuar como docentes y educadores mientras seguían con sus trabajos. Esto trajo aparejado situaciones de violencia. Ni hablar de aquellas familias que perdieron sus ingresos debido a la crisis económica".
Para la profesional, el déficit educativo se agranda y se profundizan las desigualdades, porque la escuela "es mucho más que los contenidos": "La escolaridad forma parte central en el desarrollo integral, en la socialización, en la construcción de un proyecto de vida autónomo y es una herramienta irreemplazable para la protección infantil y el acceso a otros derechos. No solo el tema de la alimentación, sino el tema de la socialización que es fundamental durante el crecimiento de los niños".
De acuerdo con sus palabras, la pandemia ha generado cierto temor en los más chicos: "Miedo de no poder retornar al colegio, de no poder reencontrarse con sus amigos". "Construir infancias libres y felices no depende de actores aislados. Depende de un Estado presente, que articule su trabajo con la sociedad civil, con las organizaciones sociales, con quienes estamos en territorio cada día, con cada niño y niña y con cada familia", sostuvo.
Si bien explicó que las voluntades políticas son importantes, las intenciones por sí solas no alcanzan. "Es imperioso que el Presupuesto en 2022 tenga a las infancias y adolescencias como real prioridad. Para que las políticas públicas que necesitamos puedan ser implementadas y monitoreadas y para que podamos generar datos certeros sobre la situación de nuestras niñeces", dijo.
Y consultada sobre las políticas públicas que deben ser aplicadas, remarcó la Argentina fue cuestionada "por no generar información precisa sobre la situación de los niños en este país". "Se debe garantizar que los niños tengan un plan de contingencia con respecto a la salud, como un control infantil de vacunación, por ejemplo. El no poder estar en el aula y no tener acceso a una educación virtual también debe solucionarse", concluyó.